domingo, 6 de mayo de 2018

Poemas de Wilfredo Dorador Astudillo







HERALDO DEL AMOR

“…Pero, …¿Qué te pasa Pueblo cuando muere un Poeta?
El Sol del ocaso calla en las palabras.
La sal del desierto enmudece las bocas.
Estallan los valles en flores pensativas.
Se vuelca el dolor como un volcán desde el fondo de la Tierra;
y el mar es ofrenda de olas lenitivas.
¿Qué te pasa Pueblo cuando muere un Poeta?
Caminas transido de trabajo.
La luna ofrece su himno invulnerable,
¡Un Poeta, río de las estribaciones,
un camino para la patria impropia;
fuego perseguido entre las sombras;
eras el racimo de las razas convocadas!
¿Qué te pasa Pueblo cuando muere un Poeta?
¡Se nos derrama toda el alma en tristezas de estrellas!!


CACTUS DE TALTAL
¿Me preguntas:
¿el por qué de su estatura?
¿la razón de sus espinas?
Fue bebiendo el agua
como si en él, 
-Paranal,
se adentrara el universo.
Se esculpió de cansancios
y dolencias terrenales.
¡Se hizo roca
dirigida a la montaña!
Escaló la insospechada plenitud
de cerros y caminos.
Fue abriendo,
doblegando
los dolores y los siglos,
con implacables lanzas
en sus espinas.
Abatió el torrencial 
fuego del tiempo.
Vistió su alma
de soles amarillos.
Vivió imbatible
en las migraciones.
Entonces
desde su corazón guerrero:
de la faz morena
de la tierra,
brotaron en la cima,
¡¡TALTAL!!
¡flores rojas,
pétalos soleados,
sonrisa sonrosada
en la victoria!

POTRERILLOS
Hacia ti vuelvo
en mi canto;
a renacer otra vez
en la extasiante luz;
el fuego de los coyas
que aún noctivagan el guanaco milenario;
el fulgor nocturno
de tantas razas enterradas.
He aquí el volcán crepitante
que en la noche secular
se derrama ígneo sobre el escorial.
¡Potrerillos!,
bastión inagotable de mi pueblo,
hemisferio pétreo,
constelación de cristal fundido,
piedras como dolores desnudos
deshechas hojas del planeta
en un mismo sol,
en un mismo fuego,
bajo un mismo cielo.
Yo sé quién te dejó esta carreta
como una lágrima del alma
hacia el olvido,
y se quedó esperando
su último llamado;
¡ magma mineral,
maciza mano minera,
mágica y maltratada madera !,
para mí eres necesaria,
pues tú eres la marcha de la vida, 
la industria inicial y mi partida,
el estoicismo de basalto de mi pueblo,
la permanencia inexorable
de la noche toda;
dame del cobre su misterio
y del hombre su destino,
viaja conmigo
¡Carreta abandonada
en el camino!


En: “El Alfarero del Tiempo
Wilfredo Dorador Astudillo.
R.P.I: N° 161.017
Editorial: Magisterio










miércoles, 4 de abril de 2018

NEGRURAS - MAIZÚ -María Beatriz Ortíz



Del Libro NEGRURAS

"La esperanza como un ácaro me carcome,

la he arrancado aún latiente..." 



MACHAMBRE
Cuando la muerte lame las paredes de adobe 
cae la noche,
una piedra sangra,

una sombra olvidada trepa a los árboles.




Orejas mordidas,
entrañas aún no coaguladas con vapores humeantes. 


El predador siembra en los pulmones
el gorgojo,

se lleva de un zarpazo

la sangre que se abre.

El material ligero donde el plasma
fermenta,
se llena de filos y estrías,

de frutos sexuales expuestos a la depredación.


Bajo el predio lleno de cabezas
enterradas,
echan raíces las pezuñas. 

Todo es hocico.

Las nubes no saben por dónde llover, 
el aire huele a descargas eléctricas. 
Todo es organismo. 



UN MONTAJE NADA GLAMOROSO
A través del papel saboreo la desazón
 de los nexos visuales retorcidos. 


La realidad, un valor agregado,
la emoción, un concepto.



Esas naturalezas muertas
con mutaciones sorprendentes, 

una debacle estética.


La cuchara con sombra de tenedor, 

el frasco de perfume
un híbrido entre jeringa y rascacielos.


Una piedra es una piedra,
mas el aderezo absurdo del metal

le convierte en un monedero imposible de abrir.


Mientras, el cubo de hielo amarrado

con un cordel
se derrite indiferente. 





QUIÉN DESEA RECOGER LAS SOMBRAS
el otro mundo no grita, 
nuestros cuerpos exhalan fragancias, 
las agujas del pino susurran.

Escondida en el agua de la tarde 

una carcajada
rompe las tablas de mi tumba, 

vomito aire,
vomito personas y árboles.


Miro la montaña,
miro el fuego que se llevó el humo, 

amo la pureza de las cenizas.


Mis brillos extintos
escuchan a lo lejos el tañido de una flauta, 

mis ojos oscuros vierten lágrimas. 



DESANGRAMIENTO
Mis partes se ensamblan, 
algunas quedan en el suelo,
los huesos rechinan hasta el descalabro, 

reconozco la voz de mi propio abismo.


La esperanza como un ácaro
me carcome,

la he arrancado aún latiente, 
beso sus lánguidas venas,
veo sus fláccidos muslos deteriorarse, 

su tibia sangre cae por mis manos.

Las palabras dejarán de hablar cosas bellas, 
estoy harta de sangrar,
de la morbidez del recuerdo,

de esta lepra que me descascara,

de la intemperie que no soporto. 



María Beatriz Ortíz Zúñiga -MAIZÚ. 
Educadora nacida un 20 de agosto en Santiago de Chile. En plena madurez, toma el camino de la literatura poética al integrarse el año 2006 al Taller "Isla Negra" patrocinado por la Sociedad de Escritores de Chile. Desde entonces su creación literaria ha crecido y madurado en la diversidad de temática, abordando su poética desde lo romántico a lo erótico, desde lo social hasta lo crudamente desconocido y despojado de esa aura lumínica que dulcifica los estados anímicos. 
Algunos libros publicados: La Orilla (2011), Naturaleza toda (2012), Cimientos (2015), Negruras (2016).











jueves, 15 de marzo de 2018

Poesía de Mailena Martínez Crovetto



Del libro: 
ENTRETANTO MUNDO - Finalista del Premio Internacional de Poesía Paralelo Cero 2017

Foto portada


¿Ser madre? ¿Ser hijo? ¿Qué está primero en esta rueda de amor y distancia?
En un sólo y largo poema, fragmentado en 67 páginas, Mailena Martínez Crovetto, da voz a un soliloquio que traspasa las fronteras de la maternidad y cuestiona los vértices de la vida, los caminos del tiempo, la mudanza, la edad, los hijos. (Fragmento de la presentación de Patricia Severín).


Esta soy yo
arrastrada por mi mano
canguro que trepa
hiedra pegada  sesgada  abrazada
¿es el hijo la región de la madre?
territorio que se invade
cuerpo a cuerpo   hundido
resistiendo
con brazadas de animal líquido
empeñado en el encierro
hebras que crecen hacia adentro
enamoradas de ese muro


como un pájaro ciego al vidrio
(que casi se parece a la razón)
me estrello 
doy vuelta por los ojos de algún niño
por el olor a sopa
cruzo por unas medias de lana
me quedo entre los hilos 
de una canción de cuna
pero ando muda por un sueño de algas
canto como puedo
con las uñas y el secreto
desteñidos por el tiempo


yo lancé al agua negra
botellas y mensajes
anduve descalza entre las piedras
hice y deshice tantas veces la valija
para llegar a ningún lado
vestida de gala
en cada lugar buscaba algo nuevo
algo usado   algo azul
sólo encontré 
lunas deshechas mal zurcidas
esa sangre inevitable que manchaba
las sobras de una fiesta
a la que nunca llegué


cumplí con todas las promesas
devolví peces al mar
regalé mi reloj de arena
rompí dos lágrimas
ahora cuelgo en la ventana
mi ropa interior
sintiendo
con el corazón jugoso de una fruta
el otro   partido en dos mitades
va enlazado a un niño azul
y una niña roja



Mailena Martínez Crovetto, Ingeniera agrónoma, graduada en la Universidad de Buenos Aires. Desempeñó cargos en diferentes universidades de Argentina. Ha colaborado en revistas nacionales e internacionales de literatura. Forma parte del grupo literario La Contracurva desde 2006. Obtuvo junto al grupo, una beca de formación en vanguardias literarias otorgada por el Fondo Nacional de las Artes de la República Argentina en 2007, coordinada por la poeta Laura Yasán. Tuvo Primera Mención en el Concurso de Cuento y Poesía del Partido de General Pueyrredón, Mar del Plata, 1992. Fue finalista en el Concurso Ángel Ganivet Países Amigos en 2011.