jueves, 29 de diciembre de 2011

Literatura Antropológica: Nuevas Tendencias de la Narrativa Nacional

Investigación en la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Austral de Chile

El Dr. Iván Carrasco, con su proyecto Fondecyt Regular N° 1100344, adjudicado en el 2010, busca incorporar una nueva categoría al estudio de la literatura chilena.


Escrito por: Fernanda Luzzi Haussmann -
Periodista Facultad de Filosofía y Humanidades
Universidad Austral de Chile
Email: fernandaluzzi@gmail.com



Es una literatura no conocida, valorada ni leída como tal, pues se ha desarrollado en publicaciones, congresos y diálogos propios de los espacios intelectuales de la antropología nacional. Lo que el Doctor Carrasco busca, con esta investigación, es fundamentar que sí existen textos literarios-antropológicos, aunque no se los considere así en los círculos literarios, “es un trabajo extremadamente creativo y muy riguroso, pues debo explicar por qué estos textos de corte antropológico son literarios también”, asegura el docente.

Existe un sector aún no descrito en la literatura chilena actual, conformado por un tipo de texto diferente que aparece como parte del discurso antropológico y que remite a dos órdenes de pensamiento, posee un estilo propio, un conjunto de temas limitados por la formación profesional de los autores y cumple un funciones cognitivas, testimoniales y autobiográficas.

El proyecto ya se encuentra en una segunda fase, en el segundo tercio del tiempo estimado por Fondecyt para la realización de esta iniciativa. Trabajan, junto al Doctor Carrasco, las estudiantes de postgrado Pilar Valenzuela y Daniela Bahamonde, las que preparan, actualmente, sus tesis para obtener los grados de Doctor en Ciencias Humanas y Magister en Literatura Hispanoamericana Contemporánea respectivamente. También participa el antropólogo Miguel Alvarado (docente de la UMCE, doctorado en Ciencias Humanas en la UACh) como co-investigador de “Literatura Antropológica en Chile”.

La Literatura Antropológica tiene una base teórica que combina ambas tendencias, es un fenómeno sin explicación hoy por hoy, por lo que se debe fundamentar teóricamente. Los objetos de análisis son complejos, se debe construir un nuevo objeto de estudio, puesto que es la primera vez que se habla de este tipo de narrativa.

Una vez ordenados y definidos los textos a revisar, se seleccionaron los más representativos, que fueron analizados desde una perspectiva deductivo-inferencial con apoyo de categorías de origen semiótico, filosófico y retórico de reconocidos autores. Las publicaciones antropológicas-literarias son textos creativos que se pueden dividir en narrativos y poéticos.

A la fecha no es posible hablar de resultados, pues para que la investigación resulte exitosa no es suficiente demostrar la existencia de esta nueva literatura con métodos de investigación científica solamente, sino lo más importante es que el canon literario o comunidad literaria la acepte como tal.

Por lo mismo, para el Doctor Carrasco es importante asistir y participar en diversos Congresos y Seminarios, espacios donde puede dar a conocer parte de su investigación y comenzar a establecer los conceptos y definiciones de la Literatura Antropológica chilena, para que se comience a hablar al respecto y se acepte.

Como lo mencionamos anteriormente, es la primera vez que se estudia este tipo de literatura, por lo que para el equipo del proyecto es un desafío lo exitoso que pueda resultar el estudio, pues, de ser aceptado por la comunidad literaria, lo realizado por Iván Carrasco será innovador y sentará precedentes para investigaciones futuras sobre literatura en Chile.

Para comenzar a demostrar la importancia de este tipo de narrativa para el país, es que el Doctor Carrasco ha publicado artículos, referentes a su investigación, en revistas especializadas, las que se conocerán el próximo año. “No informo resultados, porque los datos deben ser fidedignos y ello se obtendrá al finalizar la investigación, en un año más, pero sí doy a conocer avances para que la comunidad literaria comience a aceptar esta teoría”, afirma el académico.

Aunque no parezca cierto, investigar la relación entre fenómenos de distinta naturaleza es bastante agotador y demandante, pues hay que leer y contrastar muchos textos y teorías, pero, para el Doctor Carrasco, resulta enriquecedor ver que lo que está intentando demostrar sí le parece lógico a otros, sí le hace sentido a miembros de la comunidad literaria.

Con los resultados que se obtengan de la investigación, se espera introducir el concepto de Literatura Antropológica en el campo de los estudios literarios, haciéndolo accesible a investigadores y estudiantes a través de la publicación de artículos, ponencias en congresos y conferencias.

“Es importante enfatizar que esta es una investigación del ámbito cultural de la sociedad chilena, elemento propio del desarrollo de la poesía nacional y una de las dimensiones más importantes de nuestra cultura”, finaliza y afirma el Doctor Carrasco.





domingo, 27 de noviembre de 2011

Bombal, la película: la juventud salvaje de la autora de La Amortajada



Enlaza con el artículo anterior

El filme de Marcelo Ferrari opta por concentrar su historia en pocos días del año 1941.
por Rodrigo González M.

Tenía apenas 30 años y había publicado La última niebla, La amortajada y El árbol. Es decir, las obras por las que sería conocida el resto de su vida.También se había casado con el pintor argentino Jorge Larco, un buen amigo que en realidad era homosexual. Y, a los 29, había intentado contraer matrimonio con el doctor Carlos Magnani, otro argentino, pero que la doblaba en edad: tenía 62 años. Magnani, sin embargo, la engañó y terminó en el altar con una chica de 22.

Mujer de juventud frenética, María Luisa Bombal recuerda un poco a Arthur Rimbaud, el gran poeta francés que creó y vivió todo antes de los 21 años, para pasar los restantes 16 de su vida dedicándose a los más diversos oficios. La autora chilena dejó su huella en la literatura local durante la década del 30, recién llegada de París, entre los 25 y 30 años. En ese período cosechó sus aventuras amorosas más tormentosas y despertó el respeto de Neruda y Borges. Luego, durante cuatro décadas, su existencia fue una larga añoranza por tiempos mejores.

La creativa juventud de María Luisa Bombal (1910-1980), que concluye cuando le dispara a su esquivo amor Eulogio Sánchez Errázuriz, en enero de 1941, es el período que nutre la nueva película de Marcelo Ferrari. El trabajo se llama Bombal y llegará a salas en el primer semestre del 2012, antes de que TVN emita una miniserie de televisión. Pero antes, el filme se estrenará en el Festival de Cine de Valdivia, que va del 11 al 16 de octubre.

"Nos tomamos la libertad de hacer un retrato de María Luisa Bombal en poco tiempo, relatando los días más intensos de su vida. Y eso es porque no existe la intención de hacer una descripción biográfica", explica el director, que firma con Bombal su segunda película, tras Sub terra (2003).

"En rigor, deben ser unos 20 días los que contamos en la vida de Bombal. Todo en 1941. Pero hay algunas licencias que nos tomamos: por ejemplo, su matrimonio con Jorge Larco fue mucho antes que el episodio del disparo a Eulogio Sánchez. Sin embargo, acá los colocamos en forma paralela", dice el realizador.

Mujer de grandes contradicciones, María Luisa Bombal se codeó con las vanguardias literarias de su época y, al mismo tiempo, mantuvo una relación romántica con el mencionado Sánchez, un hombre tan mujeriego como ideológicamente conservador: fundó el movimiento de ultraderecha Milicias Republicanas. Fue protegida de la autora criollista Marta Brunet. En Buenos Aires hizo amistad con Borges, quien calificó a La amortajada como "libro de triste magia, libro de oculta organización eficaz, libro que no olvidará nunca nuestra América".

El interés de Marcelo Ferrari por llevar este personaje al cine tiene que ver, además, con lo que él llama la "intensidad" de la vida de la autora de La última niebla. "Fue capaz de otorgarles una voz erótica a las mujeres. Y lo hizo con atrevimiento y con poesía. Eso es quizás lo que más me interesa al hacer la película", explica Ferrari. "Cuando hablo de ella con los actores, a veces nos referimos a María Luisa como una especie de escritora punk de su época. Ella se mueve en el mundo sólo guiada por sus emociones y se ciega. Su intensidad es tal que a veces pierde la cordura".

De 85 minutos de duración, Bombal es protagonizadapor Blanca Lewin, en el rol de María Luisa Bombal; Marcelo Alonso, como Eulogio Sánchez, y Alejandro Goic, en el papel de Jorge Larco. También contribuyen Montserrat Prats, como una prima y confidente de la autora de El árbol, y María José Prieto, en el carácter de Clara, la mujer con que finalmente se queda Sánchez.

En el trailer de la cinta saltan a primera vista dos aspectos: el desenfado con que la escritora tenía relaciones sexuales y su clara dependencia del alcohol. "Hacia el final de su vida, el alcoholismo la marcó y todo fue muy triste. Se quedaba dormida en lugares públicos, Nosotros lo que hacemos en la cinta es dar pistas de esta inminente enfermedad", dice el realizador. "Además, la mostramos disfrutando su sexualidad, sin complejos, como realmente era ella. No es exhibir el erotismo con ánimo morboso, sino que colocarlo en la dimensión que María Luisa le daba. Y, bueno, hay que decir que eso también fue lo que fascinó a hombres como Eulogio Sánchez", explica.

El amor indomable que Bombal sintió hacia el aviador Sánchez es la carne de varias de las escenas más gráficas de la película, incluyendo su intento de suicidio y, por supuesto, aquellos tres disparos de antología que el 21 de enero de 1941 buscaron liquidar la vida de éste. El episodio fue en las afueras del Hotel Crillón, y aunque no le costó la existencia a Sánchez, sí significó para la escritora la decisión de partir a Estados Unidos. Ahí pasaría 30 años.

En los 70 estuvo a punto de ganar tres veces el Premio Nacional de Literatura, pero los galardones fueron a parar a ilustres desconocidos. Sin embargo, hace mucho tiempo que ya nada importaba demasiado. En 1956, Sánchez murió en un accidente aéreo. Bombal viviría el resto de su vida "atacada por la melancolía", lejos de los estremecedores días de su juventud.


María Luisa Bombal - La última niebla


por Ignacio Valente

Es un gozo ver cómo se reeditan y leen y releen las obras de María Luisa Bombal. Editorial Andrés Bello publica, ahora en un pequeño volumen de 100 páginas, La última niebla, seguida de tres relatos: "El árbol", "Las islas nuevas" y "Lo secreto". Estos tres cuentos, por su calidad, merecen comentario aparte. A la novela, que data de 1935, parece no haberle pasado el tiempo, como a los clásicos. En este casi medio siglo se han sucedido las generaciones literarias, se han innovado los procedimientos, ha cambiado el mundo. Ya no se escribe así, qué duda cabe: no son los ángeles del sueño ni los fantasmas del corazón femenino los que tienen la palabra, sino otros dioses -con frecuencia diosecillos- de la tierra. Y, sin embargo, en este lapso nos cuesta encontrar una novela chilena que pueda trascender así su tiempo y su lugar, revelando una experiencia tan universal -el amor, como siempre en la autora- bajo el sortilegio de un lenguaje narrativo y poético tan perdurable.

La última niebla es el relato de una frustración y un delirio femeninos, narrado en primera persona por una mujer sedienta de entrega, que teje con las dos hebras mágicas de la realidad y el sueño la trama de un romance absoluto. El amor nacido de un encuentro fortuito y casi irreal, se proyecta sin límites sobre un mundo de enamorada alucinación. La mujer vive de un recuerdo y quizá de un puro sueño, más reales, sin embargo, que el rutinario presente de su existencia actual. El amante perdido y tal vez inexistente, tiene aspiraciones fugaces en medio de la niebla, rodeado siempre de un halo luminoso y evanescente: viene a llevársela desvanecida, una tarde de viento; cruza el camino, junto al estanque donde ella se baña, en un carruaje cerrado; viene y se esfuma, en apariciones de consistencia onírica, de las cuales ella misma terminará por dudar. Resulta inútil separar los hechos positivos y las ilusiones delirantes de este amor, pues la novela ocurre entera dentro de la conciencia, una conciencia femenina desgarrada que jamás se instituye en norma objetiva o exterior de la verdad: la verdad es este amor aunque este amor no fuera verdad.

Nos maravilla el desdén que M. L. Bombal se permite hacia lo exterior, descriptivo, pintoresco, explicativo. No hay aquí referencias, antecedentes, introducciones: las personas y cosas de este mundo -la casa de campo, el marido, una muchacha muerta, los parientes, en las primeras páginas- aparecen reveladas de modo instantáneo en la situación misma, en el presente de la conciencia que los siente y sueña, a golpes de emoción. Estamos tan lejos del naturalismo como de la novela psicológica: la poesía -un lirismo impresionista- tiene la palabra. Los procesos del amor, que exigirían largas y doctas explicaciones a la psiquiatría, la fenomenología o el análisis existencial, son iluminados de golpe por la intuición poética, que tan bien sabe la autora desplegar en forma narrativa.

De allí la densidad de esta breve novela. No sobra un adjetivo. Su velocidad está hecha de pura síntesis; sus cambios de tiempo no son los trucos formales que prodiga tanta novela actual, sino los saltos naturales de la conciencia. El tiempo de este relato posee la asombrosa discontinuidad del transcurso interior, de la duración vital, la durée de Bergson. Hay morosidades y prisas, pero ellas no nos hacen pensar en virtuosismos formales, sino en el ritmo natural de la vivencia. En general, no se percibe artificio o esfuerzo técnico en esta prosa; su esencia poética lo vivifica todo con un ánima encantada que exime de todo aparente trabajo formal.

La continua presencia de la naturaleza en el relato es siempre antropomórfica. La lluvia, el paisaje del campo, el vendaval, el otoño, participan expresivamente de la misma respiración interna del alma, la prolongan y revelan. Esta Einfuhlung, proyección afectiva sobre lo inanimado, se hace más intensa en torno al elemento central de la naturaleza y del espíritu: la niebla. La niebla es el poder brumoso que confunde las regiones del ensueño y de la realidad; de allí su presencia continua sobre las casas, calles y campos, presencia que confiere una soledad sorda y a la vez un recogimiento íntimo y femenino a las situaciones. Pero la niebla es también la fuerza ciega de lo hostil y resistente, que contraría la luminosidad de los designios humanos, sobre todo de los designios amorosos.

Un relato como éste no podría ser narrado sino en primera persona. Aunque su esencia poética esta bien diluida en el transcurso narrativo, apenas hay, sin embargo, construcción objetiva de personajes y argumentos: prima siempre el flujo interior de la conciencia, que va revelando la secreta identidad de personas y cosas al ritmo de la emoción. Las imágenes líricas, a su vez, no son nunca construcciones formales a partir de elementos inmóviles o abstractos o pensados: son imágenes primarias, silvestres, dinámicas, en estado natural. Son imágenes que amaría un Gastón Bachelard: móviles, prístinas, capaces de irradiación. El lenguaje, por su parte, está invadido de profundos ritmos, asociaciones subliminales, parentescos lingüísticos, y de un sentido musical espontáneo que aligera esta excelente prosa narrativa. Muchas veces me he quejado yo de otras prosas "contaminadas" de poesía, poeticoides, imprecisas; la de M. L. Bombal, en cambio, está vivificada por la poesía, sin perder un ápice de su índole narrativa.

La revelación central de esta novela es la esencia de la femineidad en torno al fenómeno del amor: esencia que se manifiesta con una pureza y concentración que a menudo no consiguen los tratados más clásicos sobre el tema. El misterio femenino, su fisiognómica -expresión corporal del enigma de la mujer en sus formas y gestos-, sus ánimos tornadizos, su confusión íntima, su emotividad como centro de la persona, se nos revelan espléndidamente en este sueño enamorado. Ninguna mujer real coincide con la femineidad pura; todas tienen un algo viril. Nuestro personaje, en cambio, es la femineidad. De allí su carácter trágico, su amor imposible, su fracaso. Y también su belleza irreal.


martes, 8 de noviembre de 2011

Invitación Recital Poético Taller Literario Gredazul


Están todos invitados a  disfrutar de buena poesía este
miércoles 16 de noviembre a las 19:00 horas.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Presentación libro póstumo del poeta Eduardo Díaz Espinoza



En la Sala Camilo Mori de la Feria Internacional del Libro de Santigo, este viernes 4 de noviembre a las 17:00 horas será presentado el libro "IDENTIDAD CULTURAL DE LA II REGIÓN A TRAVÉS DE SUS CREADORES LITERARIOS EN EL BICENTENARIO" del nortino poeta e investigador Eduardo Díaz Espinoza.

Obra inédita e investigativa  que el escritor antofagastino preparó con rigurosidad los años previos a su muerte. En sus meses finales intentó concretar la edición de este estudio pero la muerte lo sorprendió en estos menesteres.  Sus colaboradores más cercanos dieron término a esta edición que se presentará mañana viernes en la FILSA.

Luisa García

domingo, 9 de octubre de 2011

Relaciones equívocas: el prostíbulo y la literatura hispanoamericana actual

Roberto Hozven
Facultad de Letras, P. Universidad Católica de Chile



Desde el "Prólogo" de su libro Sexualidad y cultura en la novela hispanoamericana. La alegoría del prostíbulo (Santiago de Chile: LOM, 2003), entre otras síntesis pertinentes, Rodrigo Cánovas escribe:

"si la prostituta es una mercancía libidinal (siendo el music hall el producto erótico a gran escala en la vida citadina europea de la primera mitad del siglo XIX), la literatura es su doble en el ámbito de las imágenes y el periodismo, en la comunicación" (7).

Esta afirmación tiene varios sentidos concurrentes: para comenzar, el nexo sorprendente establecido entre la prostituta y la literatura. Nexo que se fundaría sobre el hecho de que ambas son mercancías y ¡libidinales! Como mercancías, ambas, la prostituta y la literatura, son bienes muebles que se transan, clandestinamente y no, en las ferias, calles y hasta aeroplanos que sobrevuelan Santiago -como nos lo mostró recientemente un documental televisivo. Como signos, ambas encarnan del modo más álgido y próximo las instituciones donde se practican y se nombran las pasiones y manías sorpresivas que definen los rituales imaginativos de la libido humana, lo que comúnmente llamamos una erótica. Asunto predilecto de la poesía, la novela y el ensayo modernos, en los que el prostíbulo, la prostituta y la literatura, de distintas maneras pero siempre mancomunados, han estimulado nuestra imaginación y conmovido nuestra libido, especialmente desde los autores libertinos (Laclos, Diderot) hasta nuestro contemporáneo Henry Miller, pasando por Charles Baudelaire, el fundador de la poesía moderna. En fin, la prostituta y la literatura, sea como bienes o como signos, implican un sistema cultural que las sujeta a condiciones de producción, territorios de circulación donde se ejercen así como a hábitos y reglas de consumo libidinales no menos coercitivos y específicos que los de cualquier otro bien menos provocativo.

Una de las condiciones culturales que comunican a la prostitución con la literatura hispanoamericana es -creo- el triángulo que ambas forman con el melodrama. Ese género patético donde el querer quema, pero conceptualmente vergonzante por su manera sentimentaloide de vivir las emociones. El melodrama se siente, pero no puede declararse. Sin embargo, esta experiencia inconfesa, espuria, fija sentimientos socialmente válidos; sentimientos por los cuales la industria cultural nos hace comprender la realidad a la manera de una farándula, a la vez gozosa, sufriente y trascendental. Todos somos Cristos, Magdalenas y Marías profanos, dispuestos a vivir la realidad como un camino zigzagueante entre el logro fantasioso y su más estrepitoso fracaso social. El melodrama vacila así entre la esperanza más insensata y su escepticismo más radical -como observa Carlos Monsiváis. De alguna manera, burgueses, clase media, proletariado y lumpen comulgamos patéticamente con estas ruedas de carreta intercambiándonos deseos, fantasmas y martirios secretos que nos inducen, enseguida, a comportarnos inconscientemente de acuerdo con ellos. Se entiende la apetencia de nuestra literatura por el espacio del prostíbulo y sus personajes melodramáticos, a través de cuyos territorios y correrías pueden vislumbrarse "las ilusiones y desilusiones del cambio social en los inicios de nuestra modernidad" (8).

Limitémonos a comentar, sinópticamente, dos de los ocho acuciosos y brillantes estudios semióticos (más que "formalistas"-como declara con modestia el autor) que Rodrigo Cánovas ha dedicado a cada una de las correspondientes novelas hispanoamericanas en las que el prostíbulo figura como un motivo mayor: Pantaleón y las visitadoras, de Mario Vargas Llosa; El lugar sin límites, de José Donoso; Juntacadáveres, de Juan Carlos Onetti; La casa verde, de Mario Vargas Llosa; El zorro de arriba y el zorro de abajo, de José María Arguedas; Juana Lucero, de Augusto D'Halmar; Santa, de Federico Gamboa, y Nacha Regules, de Manuel Gálvez.

En el nivel local hispanoamericano, el burdel "aparece como un modelo reducido, desde el cual se reconstruyen por analogía los demás espacios de la sociedad como estériles y regresivos" (14). En Juana Lucero, novela del año 1902 del chileno D'Halmar, el burdel es la Casa de Modes, de inspiración y resonancia parisinas, "en la cual parecen replicadas situaciones de otras casas y lugares" de Chile. Este burdel, que opera como una casa de citas bajo la mascarada glamorosa de la Maison de Modes, anticipación del estilo Coco Chanel, el prostíbulo cita y condensa los vicios de otras casas chilenas. Por ejemplo, lo que ocurre detrás de las paredes equívocas de la casa de misiá Loreto Garrido, trotaconventos y cahuinera evocadora de la imagen de la Celestina o los vicios del hogar hipócrita de los Caracuel, cuyo dueño de casa viola y fecunda, para su mal, a la humilde Juana quien, a consecuencia de su preñez, es expulsada como indeseable de la casa familiar.

En Juntacadáveres, novela del año 1964 del uruguayo Onetti, el prostíbulo ya no cita ni condensa los vicios sociales de otras casas hispanoamericanas contiguas, como el Juana Lucero de D'Halmar. El burdel onettiano aspira a fijar un vértigo: quiere concretarse como ese lugar utópico "al cual los hombres acuden para recordar lo que se anheló" (70). Ese lugar pleno, feliz, donde cada hombre podría encontrar su mujer perfecta. Como el falansterio (esa comunidad autónoma de producción y consumo concebida dentro de un sistema socialista), soñado por Fourier y ensayado en la novela por Marcos, el deuteragonista; el prostíbulo concebido y creado por Junta Larsen -el macró protagonista de la novela y apodado Juntacadáveres por reclutar prostitutas tan deterioradas como cadáveres-, su prostíbulo -digo- compite con el falansterio en su intento de crear una unidad social cumplidora de la felicidad humana. Más aún, dentro de su mundo invertido, todo él configurado por antivalores apreciados como positivos, Larsen, el Juntacadáveres, trata de crear un espacio trascendente que nos haga "vivir la ilusión del paraíso perdido [aunque más no fuere] desde la visión de su ruina" (74). El prostíbulo, en Juntacadáveres, no solo desborda de libido la función social del falansterio fouriano sino que también varía perversamente, en su envés profano, la sublimación religiosa de la Iglesia. Aclaro: la celebración del antivalor, tal como lo plasma con fría rabia sedimentada esta novela, es también la cara nostálgica y ardiente con que la sátira lamenta la pérdida irreversible de la utopía. En este sentido, el prostíbulo de Juntacadáveres viene a configurar el envés de una iglesia; motivo por el cual el padre Bergner, párroco del pueblo, se encargará de "poner el cielo ‘al derecho' en Santa Marta" expulsando al macró. Poner el cielo al derecho significa también desengañar a los habitantes del pueblo de las pretensiones salvíficas del burdel, desengañarlos, entre otras, del "engaño del ojo" a que inducen sus inocentes paredes color azul cielo. Cánovas concluye: "Desde esta matriz común el texto genera el burdel, el falansterio y la finca como espacios simétricos" (79) -a los que yo me permito agregar la misma iglesia que figura en la novela.

Volvamos al segundo término de la afirmación epigramática inicial de Cánovas: ¿en qué sentido la literatura, mercancía libidinal como el prostíbulo, es su doble en el ámbito de las imágenes y de la comunicación?
Comencemos recordando algo que por sabido a menudo descuidamos: desde el romanticismo a hoy día entendemos por literatura la expresión de una subjetividad que, al mismo tiempo, representa figurativamente el Zeitgeist de una época y nación. Interpelando al mundo con su escritura, el hombre de letras reencuentra en ella, distorsionados, su rostro y el de su tiempo. Pero también, inversamente, su escritura sintomatiza un elemento fundamental de la modernidad: la desterritorialización de la cultura. Ésta ocurre cuando su escritura crea espacios que comunican deseos privados con tópicos cosmopolitas, valores universales con conflictos locales que los desdicen y resemantizan. En otras palabras, reaparece la vieja querella entre los antiguos y los modernos, entre el casticismo y el europeísmo o el criollismo y las vanguardias. El escritor moderno, especialmente el hispanoamericano, sabiéndose de esta tierra, a menudo encuentra su alma en otra, como si estuviera condenado a buscar en su tierra la otra y, en la otra, la suya -como escribe Octavio Paz.

Dado que no tenemos mucho tiempo, imitemos un gesto escritural frecuente en la escritura epigramática de Cánovas: el cortocircuito enfático. Diría, entonces, que la literatura hispanoamericana reedita el gesto esencial que define a todo contrato prostibulario: el de desear a quien no la desea. En efecto, la literatura hispanoamericana, desde sus márgenes neocoloniales, ha deseado desde lejos y desde siempre la cultura y el glamour (para ella sinónimos) de los centros metropolitanos, recibiendo de vuelta su indiferencia, si no menosprecio, hasta los tiempos recientes del "Boom". Y el "Boom", precisamente, surge como esa instancia híbrida, hecha de procesos contradictorios, por las cuales la literatura hispanoamericana neutraliza la primacía de los centros descubriendo dentro de sí misma la centralidad de sus márgenes. En otras palabras, valora su hibridismo, su haber sido "ni chicha ni limonada" frente al fundamentalismo de cualquier polaridad excluyente: Europa o Tercer Mundo, blancos o indios, izquierdas o derechas, golpistas o golpeados. Como una prostituta, ubicada en los intersticios de los cuerpos sociales (entre los deseos del esposo y el repudio de la familia Caracuel; entre el proyecto utópico de Larsen, hecho de antivalores, y el asco ético del cura; entre las necesidades libidinales de los milicianos en los trópicos y la imposibilidad del ejército de reconocerlos como tales en Pantaleón y las visitadoras), la literatura hispanoamericana contemporánea, de modo abierto y no ya clandestino, se va con los dos términos de la oposición, se va con los golpistas, así como con los golpeados; incluye a los dominantes, así como a los dominados; abraza la norma, así como a su réplica polémica en un solo abrazo fecundo y críticamente gozoso. Nuestra literatura actual aprende el gesto ventrílocuo de hablar desde la zona clandestina, casi siempre oculta, donde la gente reside de modo inestable e inquietante. Esta zona oculta e inestable (a menos que uno se viva como un dogmático irredento) está hecha de la transfugacidad y transferencia de nuestros sentimientos y deseos, los que, incluso, nos llevan desapercibidamente a adoptar maneras, hábitos e ideas de quienes repudiamos o hasta consideramos nuestros enemigos. La prostituta y la literatura encarnan frente a nosotros todo lo que debiendo estar o debiendo haber quedado escondido sale y puede ponerse a circular, amenazadoramente, sacando a luz nuestras desvergüenzas. A esta amenaza alude el conocido dictum nietzscheano: "los hijos son los secretos de los padres". Y que reconocemos en esa situación inquietante en que una hija o hijo se ponen imprudente (o agresivamente) a comentar nuestros dichos íntimos dentro del espacio público de nuestros invitados oficiales. Esta intersección confesional, a contrapelo de nuestros intereses públicos pero catártica para los íntimos, es también prostibularia y literaria, como bien ha sabido sacar partido de ella toda la literatura, desde la Comedia del Arte a la de hoy día. Particularmente la literatura de hoy, aquella que inserta a sus personajes -a nosotros -en una serie multidimensional de realidades discontinuas, haciéndonos sentir traidores inconfesos o macrós fundadores de prostíbulos trascendentes, fundados sobre antivalores que se comunican, subrepticiamente, con el ayuntamiento, con instituciones de ahorro y con la iglesia -como en la novela Juntacadáveres. Ha sido por este gesto-puente, a la vez prostituto y literario, por el cual la literatura hispanoamericana ha entrado exitosamente, de modo paradójico, a la modernidad que la esquivaba.

Bien, este fue mi recorrido comprensivo por el libro Sexualidad y cultura en la novela hispanoamericana. La alegoría del prostíbulo, de Rodrigo Cánovas. Hay otras comprensiones. Para concluir enumero algunas:


a)  el prostíbulo como un lugar heterotópico, "es decir, como un lugar que tiene la virtud de incluir todos los demás espacios recreados por la cultura, de confrontarlos, deformarlos, invertirlos y, finalmente, anularlos" (6);

b) el prostíbulo como un espejo enrevesado de la nación, donde el erotismo y las uniones y desuniones amorosas tienen un carácter alegórico; en cuanto fundan imaginariamente la nación "resolviendo en este ámbito problemas étnicos, ideológicos, económicos o regionales" (15);

c)  el tránsito desde el prostíbulo de la novela naturalista (Juana Lucero, Santa y Nacha Regules), donde éste constituye contra-relatos de la imagen de una fundación moral sólida de nuestras naciones, al prostíbulo de la novela contemporánea (El lugar sin límites, Juntacadáveres, Pantaleón y las visitadoras, etc.), donde el prostíbulo interroga exclusiones enunciativas que afectan nuestra existencia y su sentido (8);

d)  la interpretación alegórica del prostíbulo donosiano, en El lugar sin límites, como un espacio demoníaco, infierno que es el revés del cielo y de la hacienda, su encarnación telúrica. Dentro de este análisis, me impresionó la sutileza y contundencia con que Cánovas rubrica su interpretación, demostrando la red anagramática que vincula a los nombres de los personajes de la novela: la letra V (de Pancho Vega) reaparece desdoblada e invertida en la letra M (de Manuela, el travesti que lo excita haciéndole ver su homosexualidad latente), así como de EMa (su mujer) y de NorMa (su hija), "instaladas en el cielo talquino". Del mismo modo, la M, patas para arriba, se lee como la W de Wurlitzer (la música celestial). Es decir, las letras duplican las funciones que realizan sus nombres, y los nombres alegorizan el sentido de las acciones que realizan los sujetos que los portan. En suma, Cánovas nos restituye la gramática de la poesía que regula la narrativa de Donoso y, lo mejor, en una prosa epigramática (porque preñada de sentidos múltiples en su brevedad), didáctica (porque nos enseña aprendiendo con nosotros) y familiarmente reflexiva (cuando nos hace descubrir lo extraño en lo cotidiano, a la manera reflexivamente entretenida de una fábula).

Por todo lo anterior, es un libro que puede ser leído con provecho por estudiantes y especialistas, por "moros y por cristianos".






viernes, 7 de octubre de 2011

Presentación libro de Stella Díaz Varin

Stella Díaz Varin - Fotografía de Memoria Chilena


Invitación
Acuso recibo de esta invitación enviada por la poeta Claudia Curimil:

Hoy a viernes 7 de Octubre se presenta la Obra Reunida de la poeta Stella Díaz Varín (1926-2006) a las 19:30 en la Posada del Corregidor - Esmeralda 756, Santiago Centro.


Programa
“Obra Reunida”, de Stella Díaz Varín

Editorial Cuarto Propio

Posada del Corregidor

Esmeralda 756, Santiago, Chile


Hora de convocatoria: 19:30 hrs.
Hora de término: 22:00 hrs.



Cronograma

19:30 hrs.: Audio con la lectura de 3 poemas con la voz de Stella Díaz Varín

19:45 Bienvenida, presentaciones

21:00 Hrs. Lectura de poemas de “Obra Reunida” con la participación de varios poetas

21:40 Hrs. coctel y cierre
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EXCECRACIÓN DE LA MATERIA

Crujiente, errante en medio del camino,
con la cruz abatida de mis brazos
caídos del altar de mi costado.

Sola y herida en medio del camino,
como un roble azotado por la tormenta,
sin la primera posesión del agua,
sin el último beso de la espera.

Sola, como en el páramo,
con la quietud de quien nada desea,
sin la inquietud de tu primer quejido,
viendo de las entrañas de los cardos
salir palomas, penetrar distancias;
viendo la cabalgata silenciosa,
fantasmal de las garzas emigrantes.

Como se desperezan mis serpientes,
Ay, mi selva interior, cómo me llama.

Quiero, aúnque herida y azotada y breve,
un descanso de flores en la cripta
sin el último hedor de una osamenta
y con la fuente abierta del espíritu.

Basta de la materia sin estirpe
que el ídolo de oro, siempre es barro.
Nunca produjo en mi, llanto de histeria
Profundo anhelo ni emoción profunda.
Quiero quedarme así, como fui siempre,
con el delirio de alcanzar la Hostia,
sin la profundidad de mis cavernas
por lo tanto, sin ruidos y sin voces.


Sin la profanación de tu mirada.
que horada vientres desde la distancia
¿Es que tiene sus límites la idea
y el ansia puede conquistar el ansia?

Quiero dejarme estar, aunque me azote
la tempestad de tus orgías, cuántas,
ya no recuerdo cuántas veces fuiste
el despreciado espectro del deseo
en mi sueño, en mis ojos, en mis manos.

Ahora, ya no temo,
tengo de bronce puro mis colinas, y el alma,
con su túnel de misterios donde podría cobijarse tanto
se me ha ido esta noche, al presentirte.


Por último, la roca ¿ no es feliz
en su engranaje solitario y verde,
no la acarician las espumas pálidas
con su lengua infernal de sal y hierro?

Y ella, ¿no está llorando sabias lagrimas?
¿alguien la ha visto darse a las espumas?

Nadie.



DEL PECADO Y SU SIMBOLO

Amor,
Yo he mancillado las entrañas del árbol.
Las golondrinas volaron del alero
hacia extraños veranos.

Amor,
no repitas la plegaria del árbol
ni me digas amante.

El silencio del agua, desde el límite
de tu absurda presencia,
desparramó la ausencia de mis huecas palabras.

Maldigo entre las sombras, el espejo
que copia de mi boca su mueca descarnada,
y el polvo de mis huesos se mece en tus trigales
y de insomnio, ríe el alma.

Si he mancillado el árbol en su efigie
y bebo del licor de la amapola en su cráneo de mieles
si he hundido mi violento meditar inaudito
en el cielo de brumas que me cubre las sienes
si el huerto se estremece de mi propio cadáver
si el fuego me circunda,
si he bebido el venero de mi celeste arteria

¿Qué podría ofrecerte?

Después que fui contigo al Apocalipsis,.
se trastocó de hieles mi copa rebosante,
y después el andar, y el andar y después.
la muerte con su muerte…

No. Ya no podría serte.

¿No ves que la muralla, y el abismo y la hoguera
me separan del alma?

Amor, no repitas la plegaria del árbol
que me quema los ojos una lagrima tuya
y he de vencer la absurda fortaleza del llanto.

Amor,
no repitas la plegaria del árbol
ni me digas amante.

 
_____________________________________

Nacida en La Serena en 1926, Stella Díaz Varín fue una mujer aguerrida y polémica. En su juventud publicó sus primeros poemas y colaboró con algunos diarios regionales. El 1 de mayo de 1947 llegó a Santiago para estudiar medicina, carrera que no concluyó. En 1949 publicó su primera obra, Razón de mi ser. En 1986 recibió el premio Pedro de Oña por su libro Razones previsibles.


Su última publicación, Stella extragaláctica, recibió el Fondo del Libro en su versión 2006, poco antes de morir.

domingo, 2 de octubre de 2011

Diego Rivera

Autorretrato de Diego Rivera. 1930


Diego Rivera nació en Guanajuato el 8 de diciembre de 1886. A la edad de 11 años entró a la Academia de Bellas Artes. Le interesaron los grabados de Guadalupe Posada, cuyo taller se encontraba frente a la Academia. En 1907 partió para España. Le interesó Goya.

Antes de ser el fundador de una pintura nacional, Diego Rivera fue un curioso de todas las escuelas pictóricas que se arriesgaban por rutas desconocidas a descubrir nuevos continentes artísticos. El aventajado discípulo de la Academia de San Carlos llega a París a vivir con el inquieto grupo cosmopolita, en Montparnasse. Allí le tocó militar en las huestes cubistas que capitaneaba Picasso, del cual fue Diego brazo derecho. En el círculo esotérico del cubismo, Diego participó como uno de sus artífices más inteligentes. Un acontecimiento importante en la formación del pintor mexicano fue el descubrimiento de Cézanne, cuya obra lo impresionó tan fuertemente que cayó enfermo. Otra enseñanza decisiva la obtuvo durante una larga estancia en Italia, el año de 1920, en donde tuvo ocasión de estudiar las relaciones de la pintura con la vida y con otras artes plásticas, arquitectura y escultura.

Desnudo con girasoles. 1946
En conjunto, la pintura de Diego representa una nueva visión de la vida mexicana. La primera obra de Diego fue una pintura mural, a la encáustica, en el Anfiteatro de la Preparatoria. Aunque su estilo recuerda ciertas obras italianas de inspiración bizantina, ya es en su expresión netamente mexicano. La aparición de la obra de Diego fue, entre pintores y “amateurs”, la sensación del año de 1923. Entonces despertó en México el entusiasmo por la pintura mural.

Cuando Diego regresó a su patria, una vez concluido su aprendizaje, descubre un riquísimo material pictórico sin elaborar, como una selva virgen que la mano del hombre no ha cultivado. Al contacto de México, Diego se encuentra a sí mismo. Después de su largo contacto con la tradición pictórica europea y de ensayar los estilos nuevos, su espíritu había madurado y era dueño de su oficio; se sentía ahora capaz de edificar con aquella materia en bruto un nuevo mundo de imágenes.

Fiel al ideal estético de sus comienzos, en la nueva obra incorpora las esencias más sutiles del arte antiguo. En la obra misma hay que admirar la sabiduría con que el artista ha fundido las más selectas formas del clasicismo en los procedimientos actuales, de manera que no existe superposición de elementos, sino la más perfecta unidad de ellos.

Quien haga una atenta revisión de la obra completa de Diego, siguiendo su orden cronológico, advertirá que sus transformaciones obedecen a una lógica estricta. Nada parece casual o improvisado. Se advierte que al pintar los primeros frescos ya el artista tenía preconcebido el plan de toda su obra. Esta constituye, por su contenido, un mundo armónicamente desarrollado. Su consumada sabiduría de pintor es resultado de una milagrosa coincidencia entre el humanismo y el socialismo contemporáneo con el carácter original del pintor en el que predomina un sentido de la forma a la vez clásico y moderno.

Galería de pintores modernos mexicanos, número 1.   Fuente: Milenio on line: http://impreso.milenio.com/node/9036030

lunes, 26 de septiembre de 2011

José Miguel Varas

Con boleros, folclor y poesía, despiden hoy a José Miguel Varas
Amigos como Joan Jara y Poli Délano, la Fundación Neruda y el PC, participarán en la ceremonia a las 10.30 en la casa Michoacán.


José Miguel Varas (1928-2011)
Premio Nacional de Literatura 2005

Por Gabriela García
 
A primera vista parecía un hombre serio. Sus cejas arqueadas y su voz ronca y pausada daban esa imagen. Sin embargo, quienes conocieron a José Miguel Varas saben que el escritor siempre tenía un chiste bajo la manga. A lo Buster Keaton. Ese ánimo con el que enfrentó hasta los más duros reveses, como fue su exilio durante el régimen militar ("la beca Pinochet", diría), acompaña ahora a su hija Cristina Varas Largo para despedirlo. "Lo recordaré como un papá divertido. Su risa... es algo que tengo grabada desde chica y que no voy a olvidar nunca. Siempre inventando bromas, siempre haciendo juego de palabras y chistes espontáneos", dice.

De ese espíritu estará teñida también la ceremonia que se realizará hoy a las 10.30 en la casa Michoacán de La Reina. Allí, el escritor es velado desde el sábado junto a sus libros y los audios de Radio Moscú, estación donde Varas condujo el programa Escucha Chile por 15 años. "Hemos querido que en este último adiós estén representados todos los intereses de mi papá. Sus amigos y su relación con los derechos humanos a través de las palabras de Joan Jara. Ellos se conocían de jóvenes, porque Patricio Bunster (primer marido de Jara) fue compañero de él en el Instituto Nacional", cuenta Cristina, quien vivió su infancia en Moscú.

En representación de los amigos estará el escritor Poli Délano. "Trataré de esbozar cómo nos conocimos y cómo fue nuestra amistad. Decir que, sobre todo, lo recordaré como un buen hombre, consecuente, con una dignidad profunda, y también como un escritor que persistió hasta el final", afirma.

Risas y lágrimas

En la ceremonia previa al funeral participarán también la Sociedad de Escritores de Chile, la Fundación Neruda, el Colegio de Periodistas, los familiares de detenidos desaparecidos y el Partido Comunista. Además, habrá música con Rebeca Godoy, quien entonará boleros y canciones de Violeta Parra, y Roberto Márquez, del grupo Illapu.

Los homenajes continuarán en el Parque del Recuerdo, en Huechuraba, hasta donde el cortejo se trasladará a eso de las 11.40. Allá, la periodista Mónica González y el arquitecto Miguel Lawner hablarán de su trabajo en medios como El Siglo y Revista Araucaria. A su vez, Paulo Slachevsky, director del sello Lom, se referirá a la relación de Varas con el mundo editorial. Para el cierre, el cantautor Manuel García entonará su canción El viejo comunista. "Desde que mi papá murió, he sido testigo de un desfile impresionante de gente. Su ataúd está florido porque el apoyo ha sido muy transversal. Personas de todos los colores y edades, demuestran lo amplio que era como ser humano", agrega Cristina Varas.

La sencillez es otra de las virtudes que destacaban al autor de Exclusivo. El escritor prefería los asados, el vodka y la conversación con amigos, antes que las entrevistas, las que aumentaron con la entrega del Premio Nacional en 2006. "No quiero ser un escritor oficial, mi apuesta es hacer una literatura accesible y cercana", decía. Esa es la labor que continuará su hija Cristina en la próxima Feria del Libro, cuando presente Debo decir sucede, el último libro de su padre que el sello Catalonia editó. "Es una recopilación de sus crónicas que lo tenía muy entusiasmado, así que la idea es mantener el lanzamiento, pero ahora como homenaje póstumo", explica Arturo Infante, director de la editorial.

Fuente: latercera.com


lunes, 19 de septiembre de 2011

Picasso: La acróbata de la bola



El Museo del Prado acoge desde hoy, y hasta el 18 de diciembre, La acróbata de la bola de Picasso, un óleo sobre lienzo de 147 x 95 cm, procedente del Museo Pushkin de Moscú (Rusia), considerado una obra clave del periodo rosa (1904-1905) del genio malagueño.



Esta pintura, adquirida por la escritora y coleccionista norteamericana Gertrude Stein, pasó a la galería de Daniel-Henry Kahnweiler, quien en 1913 la vendió al coleccionista ruso Ivan Morozov. Tras la Revolución, la colección Morozov pasó a formar parte de las colecciones estatales distribuyéndose mayoritariamente entre los dos grandes museos públicos rusos: el Pushkin de Moscú, que gracias a esta adscripción ingresó esta obra de Picasso en sus colecciones, entre otras, en 1948; y el Hermitage de San Petersburgo, de cuyas obras procedentes de la importante colección Morozov habrá también significativos ejemplos en la exposición El Hermitage en el Prado, que al inaugurarse el próximo mes de noviembre dará lugar al reencuentro temporal en Madrid de estas pinturas con la obra procedente de Moscú.


Renovación de la pintura


Dada la relevancia de La acróbata de la bola para el Pushkin, para el que en opinión de su directora Irina Antónova “Picasso no es sólo un pintor” para su país “sino un reformador, la figura en torno a la que se concentró ese paso grandioso y dramático, la transición radical que representó la Vanguardia protagonizada en Rusia por figuras tan importantes como Malevich y Kandinsky”, la obra únicamente ha sido prestada por el museo ruso en cuatro ocasiones, siempre con motivo de grandes exposiciones internacionales siendo las más recientes las dedicadas al artista en la Tate Gallery de Londres en 1960 y la gran antológica inaugurada con motivo del 90 aniversario de Picasso en el Museo del Louvre de París en 1971.




Sobre la importancia de Picasso para Rusia, destaca también la gran sensación que causó la primera exposición que se le dedicó en este país en 1956, con obras enviadas por el propio Picasso y por el escritor ruso Iliá Erenburg, amigo personal del artista. Para Irina Antónova, esta exposición supuso la definitiva consagración de un artista hasta entonces bastante controvertido para los rusos como un “pintor brillante”.

Desde 1904, Picasso visitaba a menudo el Circo Medrano, instalado cerca del estudio que el artista tenía en el Bateau-Lavoir, en Montmartre. La afición al circo se había desarrollado ya entre los pintores impresionistas atraídos por su luz y su movimiento. Sin embargo, la aproximación de Picasso tiene un carácter más universal y profundo. A través de las simbólicas figuras del circo, el pintor realizó una reflexión sobre la vida del artista y la vinculó a su investigación sobre los problemas fundamentales de la pintura. Las dos figuras principales de esta obra revelan los polos del arte de Picasso, la creatividad y la fantasía, por un lado, y la seriedad y el rigor, por otro. La acróbata sobre la bola, presente también en otra pintura importante de ese momento, Los saltimbanquis (The Baltimore Museum of Art, The Cone Collection), muestra el temperamento de juego propio del artista. Su amigo íntimo, el escritor Guillaume Apollinaire, la interpretó en términos de una danza estelar, alusiva a la radiante armonía del cosmos




La búsqueda de un estilo


Tras la intensa y melancólica expresividad de su época azul, en esta nueva etapa, desarrollada en París en 1905, Picasso indagó de un modo esencial sobre los aspectos más plásticos de la pintura: el dibujo, conciso y enérgico; la forma, cerrada y perfecta; y el volumen, muy marcado. Su búsqueda se orientó así hacia un rumbo muy distinto al de los jóvenes artistas franceses, fascinados por el colorido violento del fauvisme.

El artista malagueño, necesitado por entonces de materiales, reutilizó uno de sus lienzos grandes en el que había pintado un retrato del pintor Francisco Iturrino (1864-1924), del que existe testimonio fotográfico y radiográfico, y que se había expuesto en 1901 en la galería Ambroise Vollard, en París, durante la primera muestra de Picasso, que compartió con el propio Iturrino.




La composición de La acróbata de la bola, que estudió en varios dibujos preparatorios, revela un cuidado equilibrio entre la ligereza de la acróbata y el peso del atleta. La esfera y el cubo en los que, respectivamente, se apoyan, realzan aquellas cualidades y el consiguiente contraste entre ambas figuras. Por otra parte, son sólidos geométricos asociados desde antiguo, en la tradición platónica, a las características de perfección y estabilidad. Además, la muchacha aparece pintada casi en dos dimensiones, lo que resalta su ingravidez frente al volumen, modelado por las gradaciones de luz y sombra, del hombre. El color, con calidades de pintura mural en una gama restringida de rosas y ocres, y el depurado paisaje del fondo, que se ha relacionado con los de la infancia malagueña del artista, contribuyen de modo decisivo a la esencialidad de la obra.


Madrid. La obra invitada: La acróbata de la bola de Picasso. Museo del Prado.




domingo, 11 de septiembre de 2011

Lluvia de primavera

Imagen adaptada de una fotografía de
Antonio J. Pizarro Méndez


Levemente nostálgica
levemente graciosa
lluvia breve

envolvente

los pájaros
a sus refugios tropicales
y yo
a mis sutilezas.


domingo, 4 de septiembre de 2011

Liturgia

Alzado el cáliz
el vitral se enciende

en el templo
las miradas sumisas buscan
lo terrestre

yo
miro al cielo
como si nada

miércoles, 31 de agosto de 2011

Reedición del libro: ARTE DE PÁJAROS

En el auditorio de Codelco Chile en Santiago,  fue presentada ayer la reedición del libro ARTE DE PÁJAROS, este acto contó con la presencia de Óscar Hahn, Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda 2011, Rodolfo Reyes, sobrino de Neruda, Bernardo Reyes, escritor y sobrino nieto del Premio Nobel de Literatura además de Juan José Fernández Reguera Presidente de Editorial Losada.

El libro fue publicado en Chile en 1966, por la Sociedad de Amigos del Arte Contemporáneo, en una edición limitada fuera de comercio. En 1973 fue impreso en Argentina por Editorial Losada y hoy se reedita en una versión idéntica a la original en formato de lujo ($35.000)

“Arte de pájaros” es un libro en formato grande, con ilustraciones únicas de dos pintores amigos de Pablo Neruda, Julio Escámez y Héctor Herrera. En él se presentan dos secciones de poemas: Pajarintos, que hace referencia aves reales, y Pajarantes, aves ficticias, fruto de la imaginación de Neruda.

El lanzamiento contó con una presentación musical alusiva a la obra de Pablo Neruda, a cargo del Coro de Cámara de Codelco que dirige Mauricio Cortés López.

domingo, 28 de agosto de 2011

Canto del macho anciano - Pablo de Rokha


Pablo de Rokha

Canto del macho anciano

Sentado a la sombra inmortal de un sepulcro,


o enarbolando el gran anillo matrimonial herido a la manera de palomas

............... que se deshojan como congojas,

escarbo los últimos atardeceres.

Como quien arroja un libro de botellas tristes a la Mar-Océano

o una enorme piedra de humo echando sin embargo espanto a los acantilados

............... de la historia

o acaso un pájaro muerto que gotea llanto,

voy lanzando los peñascos inexorables del pretérito

contra la muralla negra.

Y como ya todo es inútil,

como los candados del infinito crujen en goznes mohosos,

su actitud llena la tierra de lamentos.

Escucho el regimiento de esqueletos del gran crepúsculo,

del gran crepúsculo cardíaco o demoníaco, maníaco de los enfurecidos ancianos,

la trompeta acusatoria de la desgracia acumulada,

el arriarse descomunal de todas las banderas, el ámbito terriblemente pálido

de los fusilamientos, la angustia

del soldado que agoniza entre tizanas y frazadas, a quinientas leguas abiertas

del campo de batalla, y sollozo como un pabellón antiguo.

Hay lágrimas de hierro amontonadas, pero

por adentro del invierno se levanta el hongo infernal del cataclismo personal,

............... y catástrofes de ciudades

que murieron y son polvo remoto, aúllan.

Ha llegado la hora vestida de pánico

en la cual todas las vidas carecen de sentido, carecen de destino, carecen de

estilo y de espada,

carecen de dirección, de voz, carecen

de todo lo rojo y terrible de las empresas o las epopeyas o las vivencias ecuménicas,

que justificarán la existencia como peligro y como suicidio; un mito enorme,

equivocado, rupestre, de rumiante

fue el existir; y restan las chaquetas solas del ágape inexorable, las risas caídas

y el arrepentimiento invernal de los excesos,

en aquel entonces antiquísimo con rasgos de santo y de demonio,

cuando yo era hermoso como un toro negro y tenía las mujeres que quería

y un revólver de hombre a la cintura.



Fallan las glándulas

y el varón genital intimidado por el yo rabioso, se recoge a la medida del abatimiento

............... o atardeciendo

araña la perdida felicidad en los escombros;

el amor nos agarró y nos estrujó como a limones desesperados;

yo ando lamiendo su ternura,

pero ella se diluye en la eternidad, se confunde en la eternidad, se destruye en

............... la eternidad y aunque existo porque batallo y 'mi poesia es mi

............... militancia',

todo lo eterno me rodea amenazándome y gritando desde la otra orilla.

Busco los musgos, las cosas usadas y estupefactas,

lo postpretérito y difícil, arado de pasado e infinitamente de olvido, polvoso

y mohoso como las panoplias de antaño, como las familias de antaño

                como las monedas de antaño,

con el resplandor de los ataúdes enfurecidos,

el gigante relincho de los sombreros muertos, o aquello únicamente aquello

que se está cayendo en las formas,

el yo público, la figura atronadora del ser

que se ahoga contradiciéndose.



Ahora la hembra domina, envenenada,

y el vino se burla de nosotros como un cómplice de nosotros, emborrachándonos,

...............cuando nos llevamos la copa a la boca dolorosa,

acorralándonos y aculatándonos contra nosotros mismos como mitos.



Estamos muy cansados de escribir universos sobre universos

y la inmortalidad que otrora tanto amaba el corazón adolescente, se arrastra

como una pobre puta envejeciendo;

sabemos que podemos escalar todas las montañas de la literatura como en la

                    juventud heroica, que nos aguanta el ánimo

el coraje suicida de los temerarios, y sin embargo yo,

definitivamente viudo, definitivamente solo, definitivamente viejo, y apuñalado

de padecimientos,

ejecutando la hazaña desesperada de sobrepujarme,

el autorretrato de todo lo heroico de la sociedad y la naturaleza me abruma;

¿qué les sucede a los ancianos con su propia ex-combatiente sombra?

se confunden con ella ardiendo y son fuego rugiendo sueño de sombra hecho de sombra,

lo sombrío definitivo y un ataúd que anda llorando sombra contra sombra.

Viviendo del recuerdo, amamantándome

del recuerdo, el recuerdo me envuelve y al retornar a la gran soledad de la adolescencia,

padre y abuelo, padre de innumerables familias,

rasguño los rescoldos, y la ceniza helada agranda la desesperación

en la que todos están muertos entre muertos,

y la más amada de las mujeres, retumba en la tumba de truenos y héroes

labrada con palancas universales o como bramando.

¿En qué bosques de fusiles nos esconderemos de aquestos pellejos ardiendo?

porque es terrible el seguirse a sí mismo cuando lo hicimos todo, lo quisimos

                todo, lo pudimos todo y se nos quebraron las manos,

las manos y los dientes mordiendo hierro con fuego;

y ahora como se desciende terriblemente de lo cuotidiano a lo infinito, ataúd por ataúd,

desbarrancándonos como peñascos o como caballos mundo abajo,

vamos con extraños, paso a paso y tranco a tranco midiendo el derrumbamiento general,

calculándolo, a la sordina,

y de ahí entonces la prudencia que es la derrota de la ancianidad;

vacías restan las botellas,

gastados los zapatos y desaparecidos los amigos más queridos, nuestro viejo tiempo, la época

y tu, Winétt, colosal e inexorable.

Todas las cosas van siguiendo mis pisadas, ladrando desesperadamente,

como un acompañamiento fúnebre, mordiendo el siniestro funeral del mundo,

............. como el entierro nacional

de las edades, y yo voy muerto andando.

Infinitamente cansado, desengañado, errado,

con la sensación categórica de haberme equivocado en lo ejecutado o desperdiciado

              o abandonado o atropellado al avatar del destino

en la inutilidad de existir y su gran carrera despedazada;

comprendo y admiro a los líderes,

pero soy el coordinador de la angustia del universo, el suicida que apostó su destino

                a la baraja

de la expresionalidad y lo ganó perdiendo el derecho a perderlo,

el hombre que rompe su época y arrasándola, le da categoría y régimen,

pero queda hecho pedazos y a la expectativa;

rompiente de jubilaciones, ariete y símbolo de piedra,

anhelo ya la antigua plaza de provincia

y la discusión con los pájaros, el vagabundaje y la retreta apolillada en los extramuros.

Está lloviendo, está lloviendo, está lloviendo,

¡ojalá siempre esté lloviendo, esté lloviendo siempre y el vendaval desenfrenado

              que yo soy íntegro, se asocie

a la personalidad popular del huracán!

A la manera de la estación de ferrocarriles,

mi situación está poblada de adioses y de ausencia, una gran lágrima enfurecida

derrama tiempo con sueño y águilas tristes;

cae la tarde en la literatura y no hicimos lo que pudimos,

cuando hicimos lo que quisimos con nuestro pellejo.

El aventurero de los océanos deshabitados,

el descubridor, el conquistador, el gobernador de naciones y el fundador de

..............ciudades tentaculares,

como un gran capitán frustrado,

rememorando lo soñado como errado y vil o trocando en el escarnio celestial del vocabulario

espadas por poemas, entregó la cuchilla rota del canto

al soñador que arrastraría adentro del pecho universal muerto, el cadáver de

             un conductor de pueblos,

con su bastón de mariscal tronchado y echando llamas.



Canto del macho anciano -  1961

Pablo de Rokha
Chile 17 de octubre de 1894 - 10 de septiembre de 1968