domingo, 31 de octubre de 2010

Pablo de Rokha

Pablo de Rokha


Por Naín Nómez

Resulta un lugar común señalar la marginalidad que tuvo la obra literaria y poética de Pablo de Rokha en la tradición literaria chilena. Nacido en 1894 en el oscuro pueblo de Licantén, provincia de Curicó, el poeta asumió desde sus inicios allá por 1916 con sus Versos de infancia publicados en la famosa antología Selva Lírica de Molina y Segura, el destino del relegado, del maldito, del extraño, del desaforado, del que escribe fuera del cánon. De sus 38 libros autopublicados en su mayoría y desaparecidos de bibliotecas y librerías, queda un testimonio de vida y escritura enfrentados a una realidad cultural provinciana, que no supo ver las rupturas estéticas y epistemológicas que proponía el poeta. Las tragedias familiares (muerte de su mujer-musa Winétt de un cáncer en 1951, muerte de su hijo Carlos en 1962, suicidio de su hijo Pablo y de algunos de sus mejores amigos como Joaquín Edwards Bello), y su propio suicidio un 1 de septiembre de 1968, sólo vinieron a completar un periplo de desmesuras incomprendidas y represiones históricas que ponen en cuestión no sólo lo que se entiende por una tradición cultural, sino el destino mismo de sus representantes.

Pablo de Rokha perteneció a un grupo de productores literarios (Neruda, Huidobro, Mistral; Pezoa Véliz), que vivió directamente la contradicción de una modernidad transferida desde Europa a las élites continentales, ligada al progreso desde el siglo XIX, pero también es una marginalidad anunciada estrepitosamente con la estética modernista y reforzada por el tremendismo fragmentario y la crítica a ultranza de los vanguardismos. Frente a un nudo representado y vivido desde un progreso cientificista y tecnológico, que se constituyó cada vez más en un mito altisonante que desgarraba a la sociedad en dos concepciones irreductibles, los poetas buscaron sus orígenes en lo estético y trataron de refundar la historia desde el lenguaje. En este sentido, los discursos rokhianos se instalan en las antípodas candentes de su época, al nuclearse en un discurso movible, caótico y cambiante que buscaba articular vida y escritura, totalidad y sujeto, acción y pensamiento, emoción y razón. Este carácter oscilatorio y "a-rracional" de sus proposiciones discursivas, impidió que la obra de Pablo de Rokha pudiera ser analizada de una manera convincente por una crítica apegada a la funcionalidad de la tradición impresionista, positiva y formalista, cuyo canon era europeo y cuya base estética se apoyaba en géneros establecidos: la lírica, la épica o la dramática. El poeta que nació con el nombre de Carlos Díaz Loyola, fue uno de los precursores de la vanguardia chilena e hispanoamericana. Entre 1916 y 1930 desarrolló una escritura, que a pesar de la influencia de románticos y modernistas, se corrobora con atisbos del simbolismo francés, las reflexiones anarquistas tamizadas por el voluntarismo de la filosofía de Schopenhauer y el mesianismo nietzscheano, a lo que se puede agregar su experiencia de vida ligada a la zona central del país con sus mitos nacionalistas y rurales.

En los textos más relevantes de esos años -Los gemidos (1922), U (1926), Sudamérica (1927) o Escritura de Raimundo Contreras (1929)-, se conforman las formas escriturales y los contenidos que reaparecen como obsesiones permanentes en toda la producción rokhiana: la desmesura y exageración de discursos y temas, la visión grotesca del mundo y de la naturaleza, la crítica social y política del mundo, la visión degradada de la historia humana, la necesidad de una ruptura discursiva para enfrentar la misión suprahumana del vate todavía romántico y maldito, el carácter dialógico de las formas literarias incluyendo los géneros marginales como la diatriba, el discurso político y el testimonio y también discursos orales y épicos. En el segundo período que se despliega entre 1930 y 1950, se desenvuelve el tono épico ratificado por un compromiso político con los republicanos españoles y el comunismo de la Unión Soviética. Escribe poemas, artículos de opinión, ataca a los "enemigos del pueblo" y pretende convertirse en el gran poeta popular de su época. A partir de 1939 y frente al "ninguneo" de la crítica oficial, inicia su propia revista, Multitud; impresa en gran formato con letras rojas y negras, impregnada del altisonante y batallador estilo rokhiano. En el efervescente clima del Frente Popular de los años 30 y 40, la producción literaria del poeta se integra vitalmente a su vida privada y a sus acciones, todo lo cual conforma una suma cuya finalidad es la búsqueda de la igualdad social, y una sociedad más justa, Desde Jesucristo (1933) hasta Arenga sobre el arte (1949), la obra rokhiana se abre por un lado a los cantos de trinchera, mientras por otro incorpora acontecimientos, personajes y lenguajes populares que buscan crear un mito de lo nacional-popular, que tendrá características únicas en la poesía chilena del siglo. Un ejemplo notable de este tipo es el poema "Epopeya de las comidas y las bebidas de Chile".

Si bien la etapa de creación que va de 1950 a 1968, repite en lo fundamental los temas y formas discursivas anteriores del poeta, también va delineando algunas obsesiones ligadas a las angustias de sus últimos días. Elegías como Fuego negro (1953) dedicada a Winétt o cantos doloridos dedicados a sí mismos, como "Canto del macho anciano" de 1961, darán la tónica a un momento en que el poeta siente que la sociedad lo aisla, que su obra no es comprendida y que el Mito Colectivo que quiso plasmar en sus poemas, culmina a veces en un canto desesperado teñido por el dolor y la muerte.

Si se quiere hacer un sucinto de sus aportes fundamentales a la tradición poética chilena e hispanoamericana, éstos no son pocos. Textos surrealistas como Suramérica del 27, integraciones del cubismo y del futurismo en U y Satanás, el carácter suprapoético de lo nacional-popular como categoría de un arquetipo en la "Epopeya", "Campeonato de rayuela", "Rotología del poroto", el intento histórico de unir lo singular con lo universal en la mixtura de épica y lírica, el uso de formas de escritura híbridas e impuras que van desde la diatriba y el panfleto hasta las formas epopéyicas, etc. Pablo de Rokha se salta los géneros de la tradición europea y construye un texto complejo, caótico, fragmentado, multidisciplinario y contradictorio, cuya estética representa una nueva realidad siempre en plasmación. Su escritura es como una herida siempre abierta, manchada, contaminada, cicatrizada y vuelta a abrir, desde la cual manan tanto las diatribas como los cantos de amor, los odios y los encantos, los rojos violentos de la sangre como los venenos de la oscuridad.

Fue nuestro padre violento como solía decir Humberto Díaz Casanueva, fue también un blasfemo como dijo cierto crítico, pero por sobre todo un gran poeta desmesurado, de esos bardos de la tribu que son los testigos dolorosos de su época, que pagan la escritura con la muerte. Treinta años después de su holocausto, lo recordamos como el vanguardista utópico, como el patriarca mesiánico, como el militante incansable, como el terrible y torrencial maldecidor que nos dejó la utopía aferrada a la memoria para que no olvidemos.

Pablo de Rokha - 30 años después.  Rocinante, Nov 1998.
http://www.letras.s5.com/archivonomez.htm

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Estética



Ecuación

1

Al poema como al candado, es menester echarle llave, al poema,

Como a la flor, o a la mujer, o a la ciudad, que es la entrada del hombre;

Al poema, como al sexo, o al cielo.

2

Que nunca el canto se parezca a nada, ni a un hombre, ni a un alma,

Ni a un canto.



4

¿Qué canta el canto? Nada. El canto canta, el canto canta, no como

El pájaro, sino como el canto del pájaro.



5

Seguramente, arden grandes mares rojos, y un sol de piedra, negro,

Por ejemplo, hincha la soledad astronómica con su enorme fruto duro,

Tal vez la tierra es un gran cristal triangular, otra vida y otro tiempo

Gravitan; crecen, demuestran su presencia, atornillados a la arquitectura

Que canta su orden inaudito.



6

Cojo un tomate, adquiero la vieja moneda del otoño, tomo un cinema,

Voy organizando aquel beso y aquel verso que anidó en aquellas pestañas inmensas.



8

¿Edificio de intuiciones? Edificio de imágenes, si, edificio de imágenes, que son productos

Químicamente puros del no-consciente.



10

Escoged un material cualquiera, si, un material cualquiera; no obstante, un material cualquiera determina la biología del poeta; la diagnostica; escoged un material cualquiera, como quien escoge estrellas entre gusanos…



11

Porque hay un material auténtico, como la aceituna del soltero, la empanada del casado, o lo mismo que el vino del día lluvioso, que es la guitarra del calendario, y un material de estafa, de escarnio, que se parece a las locomotoras en el templo, al militar que seduce garzas claras con la espada, gimiendo hacia adentro aquellas violetas enfermas de tiempo y pianos sin aureola, a la higuera que produce lirios.



12

Pero se trabaja exactamente con barro y con sueño…



13

Sólo que la alegría de la golondrina depende de la primera gota de agua---



14

Cuando Dios estaba aún azul adentro del hombre…



16

Que el poema haga reír y haga llorar como una mujer rubia o un hermoso caballo.



17

Y, además, que se ría solo y llore solo, y llore solo como la más morena de las colegialas, sacándose la camisa.



18

El canto, como el sueño, ha de estar cruzado de larvas.



19

El canto, como el mundo.



20

El canto, como el genio, ha de crear atmósferas, temperatura, medida del universo, ambiente, luz, que irradie de soles personales.



21

Medio a medio de la poesía, Tú, lo mismo que el sexo, medio a medio.



(Fragmento de Ecuación. Canto de la fórmula estética, publicado en 1929)




miércoles, 27 de octubre de 2010

Las cartas de Neruda iluminan el revés de la trama

ENTREVISTA AL DIPLOMÁTICO E HISTORIADOR ABRAHAM QUEZADA
por Mario Casasús


En entrevista exclusiva con Clarín.cl Abraham Quezada (1961), defiende la tesis al publicar la correspondencia inédita de Neruda: “un escritor es la totalidad de su lenguaje, de allí que estimo muy relevante escrutar esta nueva frontera en la biografía del poeta. Para comprender el canon mayor elaborado por Neruda, es necesario conocer la escritura menor o referencial que habita en las cartas”. El diplomático e historiador chileno anuncia dos nuevos epistolarios: Neruda-Claudio Véliz (2010) y las cartas entre Neruda y su editor londinense Tom Maschler.

Editor de las antologías: Pablo Neruda. Epistolario viajero 1927-1973 (RIL, 2004); Correspondencia entre Pablo Neruda y Jorge Edwards (Alfaguara, 2007) y Cartas a Gabriela Mistral (RIL, 2009); autor del libro Pedro Aguirre Cerda o la trayectoria de un ideal educativo (1990) y del Diccionario de conceptos históricos y geográficos de Chile (RIL, 2004; 2ª. Ed. 2010).

El poeta Rafael Vargas escribió: “El trabajo de Abraham Quezada como editor es siempre esmerado. En cada libro firma un extenso y puntual estudio preliminar; anota cuidadosamente las cartas; identifica y describe de manera sucinta a casi todas las personas en ellas mencionadas, esclarece las cosas que los corresponsales tratan en clave o se dicen sobre valores entendidos y proporciona el contexto en que las cartas son escritas a través de una pertinente cronología” (Proceso 07/09/2008). Para evitar ser el tercer cartero de Neruda en discordia, Abraham Quezada se pregunta: “Alguna vez he pensado qué me diría Neruda sobre estos trabajos, pues sostuvo más de una vez que, desaparecido de la faz de la tierra, un día ‘publicarán hasta mis calcetines’. Así, mi labor, más que de cartero, ha sido la de ‘publicador de calcetines’”.


MC.- ¿Cuándo comenzaste a leer la poesía de Neruda en su contexto geográfico?, ¿qué diferencia hizo la travesía por Ceilán, España y México a la escritura de Neruda?

AQ.- En mi niñez antofagastina, mi madre junto a sus hermanos solían recitar en los cumpleaños y fiestas familiares. Luego mi madre me contaba acerca de los poetas y escritores nacionales como Gabriela Mistral, Neruda, Pezoa Veliz y otros tantos. Mi acercamiento primario fue a la poesía de cada uno. Luego en la Universidad, a comienzos de los años 80, años de rebeldía política, pude conocer otros aspectos de la vida y obra de Neruda, situarla en un contexto y valorarla tremendamente. Siempre me llamó la atención, cómo nuestro país hasta comienzos de los años 70, tenía dos premios Nobel de Literatura, en circunstancias que ningún otro de América Latina podía exhibir algo semejante. ¿Qué tenemos o teníamos que nos permitió alcanzar tan altas dignidades? Años después, cuando escribí mi primer libro, intenté responder esa pregunta. Hasta el día de hoy la respuesta definitiva todavía ronda en mi cabeza.

Indudablemente los viajes en la vida del poeta, le ayudaron tremendamente, Su estética le debe mucho a los desplazamientos por el mundo. No hay Residencia en la tierra (1935) sin su estada en Oriente, o Canto general (1950) sin su permanencia en México. Le dieron la perspectiva e inspiración necesaria para crear y producir la mejor poesía escrita en el siglo XX, en cualquier idioma agrega un crítico norteamericano.

MC.- ¿Por qué los epistolarios forman parte de otro acercamiento a la poesía de Neruda?

AQ.- La hipótesis que articula mi trabajo epistelográfico tiene que ver con que un poeta, un escritor, un intelectual, “es la totalidad de su lenguaje”, de allí que estimo muy relevante escrutar esta “nueva frontera” en la biografía del poeta. Ello debería permitirnos, a futuro, conocer un nuevo Neruda, más complejo y más humano. Me interesa –asimismo- iluminar algunos aspectos oscurecidos o novedosos en la vida del vate. En el futuro lo que emergerá no será un poeta a partir del mero análisis de su poesía -salvo si se descubre algún nuevo texto o libro-, sino, me parece, será aquello que emane de la llamada “otra escritura” del poeta, que es su correspondencia. En este sentido, me gustaría pedirles a aquellos que conozcan o sepan de cartas o epistolarios de Neruda, que tomen contacto conmigo (asquezada@gmail.com) para poder ensanchar esta interesante labor.

MC.- ¿Prefieres editar epistolarios de corte diplomático?, lo pregunto porque este año Darío Oses publicó las Cartas de amor a Matilde Urrutia (Seix Barral, 2010); seguramente algunas amistades de Neruda conservan recados y postales, por ejemplo, la fotógrafa Sara Facio me dijo que nunca publicará las cartas que le escribieron Neruda y Julio Cortázar…

AQ.- Mi primer libro (Epistolario viajero, RIL Editores 2004), fue de corte diplomático, pero posteriormente, he editado otros, relacionados más bien con aspectos de amistad, políticos o vicisitudes de diverso tipo. Estando en Norteamérica, visité muchos archivos y bibliotecas y pude apreciar que en el caso de sus escritores consagrados, en casi todos los casos, sus obras completas ya editadas comprenden la correspondencia que mantuvo. Por ello estimo que es una de las materias fundamentales tratándose de personalidades como la de Neruda, conocer el “revés de la trama”. Y no por el mero hecho de inmiscuirse o fisgonear en su vida privada, sino para explicarse y muchas veces entender la superficie. Para comprender el canon mayor elaborado por el poeta, es necesario conocer la escritura menor o referencial que habita en las cartas.

MC.- ¿Cuántos epistolarios se han publicado en torno a Neruda de 1975 a 2010?, ¿quién editará las cartas entre el poeta y Claudio Véliz?

AQ.- Se han publicado varios; las Cartas de amor –a Albertina Azocar- editadas por Fernández Larraín (1975), Cartas a Laura editadas por Hugo Montes (1978), Correspondencia durante Residencia en la tierra libro editado por Margarita Aguirre (1980). El reciente trabajo de compilación de Darío Oses sobre la correspondencia entre Neruda y Matilde Urrutia (Cartas de amor; Seix Barral, 2010). Hay otros trabajos de edición de cartas a nivel de publicaciones académicas o cartas sueltas. Yo estoy editando el epistolario de Neruda-Véliz, a cargo de una importante entidad cultural chilena –la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (DIBAM)- y está concebido como un homenaje al Bicentenario de nuestro país.

MC.- ¿Cómo defines la metodología para respaldar tu trabajo editorial?, ¿estás en contacto con otros compiladores de la correspondencia nerudiana?

AQ.- Me gustaría aclarar un punto que se da por supuesto. Compilar y editar un epistolario no es un mero trabajo de adicionar cartas cronológicamente, es mucho más que eso. Es una especial conexión apoyada de un aparato de notas clarificador, de un estudio preliminar contextualizador, una cronología y de un enlace interno vital. Mis trabajos se basan en esa metodología. He visto por ahí algunos epistolarios que más que un diálogo, son un verdadero monólogo, con un aparato de notas inexistente o muy pobre y con errores manifiestos. La correspondencia intercambiada es una foto de la época, por ello hay que ser cuidadoso y hasta meticuloso al tratar de reconstruirla. Me gustan los epistolarios y mantengo cierto contacto con los autores de estos trabajos, aunque no como quisiera. Lo contingente impide a veces hacer lo necesario.

MC.- Durante el Centenario de Neruda publicaste: Epistolario viajero 1927-1973, ¿ahí decidiste que harías los siguientes libros sobre Gabriela Mistral y Jorge Edwards?, ¿por qué excluiste a Mistral y Edwards del primer libro?

AQ.- Nos los excluí apropósito. Aún no tenía acceso a dichas correspondencias. Las cartas que Neruda intercambió con Jorge Edwards, recién pude pesquisarlas en el 2005. Viviendo en Estados Unidos me dediqué una temporada a investigar en la magnífica Biblioteca Firestone de la Princeton University y pude rescatar dichos materiales. Algo similar ocurrió con los textos de la Mistral, a los cuales pude acceder recién en 2008, cuando visité la Columbus Library en Washington D.C.

MC- ¿Regresarás al intercambio de cartas entre Neruda y Gabriela Mistral?, ¿conversaste con Pedro Zegers sobre el inventario del “Archivo Mistral” que donó Doris Atkinson a la Biblioteca Nacional de Chile?

AQ.- No sé si regresaré a esa relación de amistad. Si acaso encuentro nuevos materiales, por supuesto lo haré. El Archivo que llegó a Chile de la Mistral yo lo revisé anticipadamente en Washington. Al parecer, allí no habría cosas nuevas. He sabido que existen algunos textos, que no serían cartas, más bien opiniones o comentarios de la poeta respecto del vate de Temuco. Estimo que dicho carteo podría “crecer o ser complementado” si acaso se recuperan las cartas que la Mistral escribió a Delia del Carril, las que “misteriosamente” se perdieron en 1973.

MC.- Jorge Edwards declaró: “soy el verdadero cartero de Neruda” (EFE, 03/04/2008); Antonio Skármeta no quiso polemizar. ¿Qué te dijo Edwards cuando le presentaste la idea del epistolario editado por Alfaguara?, ¿el narrador recordó la temática de las cartas que se extraviaron entre las mudanzas nerudianas?

AQ.- No sé si Jorge Edwards es el verdadero cartero de Neruda. El caso es que yo, hasta este momento, y esto lo digo con humildad, soy quien más documentos -cartas- ha editado sobre el poeta. Si considero mi cuarto epistolario, el de Neruda y Véliz, he publicado cerca de 150 textos inéditos de la vida del poeta. Lo cual me parece que es un aporte relevante para conocer la vida de uno de nuestros intelectuales más notables y conocidos en el mundo. A modo de ejemplo, tengo un epistolario inédito, en inglés, de cartas que Neruda intercambió con su editor londinense Tom Maschler, que esperan editor. No es una traducción, pues originalmente todos los textos los encontré en ese idioma.

Jorge Edwards me recibió con sorpresa cuando le presenté el trabajo listo de cartas que él intercambió con Neruda. Me parece que no lo esperaba. Nos reunimos en Manhattan una lluviosa mañana de abril de hace unos años y luego continuamos vía e-mail. Le entregué mi trabajo y posteriormente me envió algunas atinadas correcciones. Sí, Jorge Edwards me mencionó que faltaban algunas, pero en todo caso, eran las menos. Las editadas fueron una poco más del 90% de las epístolas que ellos intercambiaron realmente.

MC.- En el libro: Correspondencia entre Neruda y Jorge Edwards (2008), ambos comentan la Carta de los intelectuales cubanos de 1966; en entrevista, Vladimir Ferro me dijo que Casa de las Américas conserva un archivo de cartas inéditas de Neruda, ¿iniciarías un estudio epistolar entre Neruda y Cuba?, ¿qué aprendizaje diplomático nos deja la relación entre Neruda y Cuba?

AQ.- Tengo algunas cartas de Neruda intercambiadas con los cubanos, aunque estoy tratando de obtener otras. Estoy viendo si hay un “corpus” digno de publicarse, más que textos sueltos, los cuales siendo interesantes no darían para un epistolario. Las lecciones que emanan del episodio de la Carta de 1966, es que fue muy amargo y doloroso para Neruda. No obstante, éste mantuvo su férrea adhesión al proceso revolucionario cubano. Con ocasión de la visita de Fidel Castro a Chile, en noviembre de 1971, Neruda dio un discurso en Francia, cuando era Embajador, de notable fidelidad a dicho proceso, el cual se encontraba inédito, hasta que lo publiqué, hace un par de años.

Creo que ha faltado una explicación por parte de los autores de esa misiva respecto de los ataques gratuitos al poeta. Neruda no se lo merecía. No sólo porque había sido el primer poeta en escribir alabanzas a la Revolución Cubana en su libro Canción de gesta (1960), sino porque él era un hombre convencidamente de izquierda. El enojo y molestia con los firmantes de la carta hasta su muerte, es un reflejo de ello.

MC.- Las tres antologías que editaste cuentan con valiosos prólogos, escritos por Hernán Loyola, Jorge Edwards y Sara Vial, ¿cómo involucraste a cada amigo de Neruda?, ¿a quién te gustaría pedirle un prólogo, no importando la imposibilidad por su muerte?

AQ.- He tenido buenos prologuistas, quienes además son mis amigos y estimuladores en esta labor de rescate patrimonial. Alguna vez he pensado qué me diría Neruda sobre estos trabajos, pues sostuvo más de una vez que, desaparecido de la faz de la tierra, un día “publicarán hasta mis calcetines”. Así, mi labor, más que de cartero, ha sido la de “publicador de calcetines”.

MC.- ¿Estudiaste las iniciativas y diligencias del Cónsul y Embajador Neruda en la Academia Diplomática Andrés Bello?, ¿qué valoración hacen los círculos diplomáticos contemporáneos sobre el trabajo del Embajador Neruda?

AQ.- Estuve en la Academia Diplomática “Andrés Bello” entre 1993-1994, pero allí realicé los cursos regulares de Diplomacia, por lo que no pude estudiar aspectos de la vida del poeta. No obstante, no lo abandoné, fue una época de “lecturas fermentales” sobre su vida. Creo que al interior de la cancillería existe una importante valoración acerca de nuestros escritores que obtuvieron el Premio Nobel y constantemente en nuestras misiones diplomáticas estamos ejecutando proyectos culturales relacionados con algún aspecto de la vida de Neruda o la Mistral. Hay un escritor de Valparaíso -Carlos León-, quien señalaba con cierta gracia que Neruda “ha hecho por Chile muchísimo más que todas las embajadas juntas”. En ese sentido, los escritores nacionales consagrados y Neruda en particular, son caballitos de batalla para la representación externa de Chile.

MC.- Finalmente, ¿cuál es la devolución de resultados -in situ- a tu regreso a Chile?, ¿Neruda fue tu cable a tierra durante los años fuera del país?

AQ.- Mi trabajo de edición epistolarios y una serie de artículos que vengo publicando en revistas académicas con textos nerudianos inéditos, constituyen un aporte que efectúo a la nerudología, sin esperar nada a cambio. Para mí es un sacrificio en el sentido latino del término, es decir, un hacer sagrado, por lo que “no espero ni aspiro a la devolución de resultados”. Tiene que ver, eso sí, con lo último que tú señalas. Como mi trabajo diplomático me aparta del país, me desarraiga, Neruda y su mundo me hace regresar. Para suerte mía, el universo nerudiano es un universo en expansión, cuya trama, aparte del polvo cósmico-poético o las constelaciones magallánicas, está constituido por las cartas que intercambió en vida. Allí, hasta el momento, reside mi labor.



Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=103619

martes, 26 de octubre de 2010

TAHIS, Massenet


Una de las más hermosas óperas del repertorio francés, Thaïs constituye un enorme desafío para la soprano protagonista. Asimismo, ofrece grandes oportunidades a la orquesta para su lucimiento, destacándose la célebre “Meditación de Thaïs” que ejecuta el concertino.

La gran soprano Elizabeth Futral, encarnará al fascinante y sensual personaje protagónico. El ambiente oriental de la ópera se ve reflejado en su música y también en la producción que ha preparado Pablo Núñez. Sin duda el regreso a nuestro escenario de esta obra, después de 66 años de ausencia, marcará nuestra temporada 2010.

Durante la ocupación griega de Alejandría, Egipto, el nombre de la tan famosa como hermosa Thaïs llega a oídos del monje anacoreta Athanaël, que decide visitarla para alejarla de la vida disipada. Luego de varios encuentros el religioso la convence de quemar todas sus pertenencias terrenales y retirarse a un convento en el desierto. Pero la sensualidad de Thaïs es más fuerte que la religiosidad de Athanaël, que, enamorado de ella, vuelve a buscarla al convento sólo para encontrarla moribunda y en brazos de Dios.

Teatro Municipal de Santiago (Chile) http://www.municipal.cl/




sábado, 23 de octubre de 2010

Stella Díaz Varín



TRASLUZ

Que se me permita mirar por la ventana

Sólo el espinazo de la muerte

A tranco largo

Mirando fijamente

A mis ojos deslucidos



Veo la ausencia

Doblando por la esquina

La miserable luz

De los días empañados.

Muy de tarde en tarde

Algún aprendiz de hombre

Vestido de domingo.



En estas agonías neblinosas

Estoy mirando desde una ventana ajena

Tras la luz de este rincón desconocido

Desde esta ventana hacia ningún paisaje

Hueco sin distancias

Seca pupila donde no resplandece

ni el más leve trino.



PROFECÍA

Las grandes ausencias amenazan

Cuando los sirlos

Esos bellos pájaros

Emigran

Y la lejanía hiere sus alas

El hombre no lo sabe

Porque duerme

Oculto por causa de la luz

Para no prever la muerte.

Entrega el dominio de sus sueños

Y emancipa el caos

Y pierde el poder

sobre su propio río

que lo recorre en longitud.

Los abismos se acercan

Y las múltiples aguas

Devienen creaturas de espanto.

Uncido al gran anillo

Olvidará su trayectoria astral

su fecundidad perecedera.

Ocurrió

Que cerró las pupilas ante la luz

Y no estuvo más allá de las cosas presentes

Ni creó una analogía superior

a la distancia entre los astros

Ni escuchó el soberano mandamiento

De crear al hombre verdadero.

Olvidado en el tiempo

Aún persistirá en creer

que fue un símil de su conciencia.


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Nacida en La Serena en 1926, Stella Díaz Varín fue una mujer aguerrida y polémica. En su juventud publicó sus primeros poemas y colaboró con algunos diarios regionales. El 1 de mayo de 1947 llegó a Santiago para estudiar medicina, carrera que no concluyó. En 1949 publicó su primera obra, Razón de mi ser. En 1986 recibió el premio Pedro de Oña por su libro Razones previsibles.

Su última publicación, Stella extragaláctica, recibió el Fondo del Libro en su versión 2006, poco antes de morir.

Stella Díaz Varín – Presentación: http://www.memoriachilena.cl/temas/index.asp?id_ut=stelladiazvarin(1926-)




viernes, 22 de octubre de 2010

Los mitos de Gauguin




A Paul Gauguin (1848-1903) no le dedicaba una exposición un museo londinense desde hace medio siglo. Y no se puede decir que la Tate Modern se lo haya tomado a la ligera. Su muestra es un sugerente recorrido por la obra del autor francés, incomprendida a menudo y en ocasiones desfigurada por una biografía de película.

La exposición le adjudica al autor el título de creador de mitos. Una etiqueta que entronca con sus célebres cuadros tahitianos pero también con etapas menos conocidas de su obra. Gauguin aspiró siempre a transfigurar la realidad. No a ser el espejo de los reflejos de la luz como sus colegas impresionistas. Una voluntad transcendente que no modificaron sus meses en Arles con Van Gogh o sus años en diversos pueblos de la Bretaña.

En cierto modo, Gauguin es el pintor que abrió la puerta a las vanguardias. Y no sólo por su pasión por el arte primitivo sino por el modo en el que anticipó tendencias que sólo cristalizaron en los años que siguieron a su muerte. El cubismo que late en algunos de sus bodegones. El expresionismo de sus obras religiosas. El fauvismo chillón de 'La visión del sermón', que se puede contemplar aquí por gentileza de la National Gallery escocesa.

Una sorpresa: redescubrir la obra religiosa (a veces, blasfema) del pintor

La muestra -que permanecerá abierta hasta el 16 de enero y luego viajará a Washington- está coordinada por la historiadora del arte Belinda Thomson y consta de más de 100 obras. La mayoría son pinturas. Pero hay dibujos, grabados, esculturas, cartas, relieves y obras de cerámica. También objetos personales del artista que ayudan a entender su peripecia y lo rescatan de la caricatura con la que lo ha ido ensombreciendo la leyenda negra.

La muestra retrata a Gauguin como un creador de mitos. Pero también como el hombre de las mil caras. Esposo enamorado de una mujer danesa. Padre torturado por la muerte de sus hijos. Genio satírico antifrancés y anticolonialista.

Gauguin no habría sido pintor de no ser por el crack financiero que lo expulsó de su oficio de agente de Bolsa. Y no habría desarrollado su gusto por la luz del Sur de no ser por su niñez en el Perú, de donde procedía la familia de su madre.

Gauguin retornó con siete años a París. Pero fue allí donde nació su fascinación por el exotismo de los países del Sur, que le llevaría a Martinica, Tahití y las islas de la Polinesia.

La caricatura ha reducido esa fascinación a su gusto por las mujeres indígenas. Fue un gusto real pero anécdotico en el viaje iniciático que el pintor emprendió en la Polinesia. Gauguin indagó en los mitos locales, difuminados por el barniz de la conversión al cristianismo. Un barniz que combatió con jaculatorias y escritos irónicos y coronó bautizando su domicilio tahitiano como "la casa del placer".

Se trataba de provocar al obispo católico, escándalizado por sus costumbres de fauno y sus poemas de viejo verde. Pero quizá también de vengarse contra la rigidez de sus años en el seminario y de la superstición de la Bretaña.

Y sin embargo el capítulo más fascinante de la muestra es quizá el dedicado a la obra religiosa de Gauguin. El candor de su vírgen tahitiana. La simplicidad expresionista de su crucifixión amarilla. Y sobre todo su autorretrato blasfemo travestido de Jesucristo en el Huerto de los Olivos. Una efigie luminosa en un paraje en tonos fríos. La metáfora del artista atormentado en un entorno que a menudo le fue hostil.


Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2010/09/28/cultura/1285675094.html

jueves, 21 de octubre de 2010

El sueño del celta - Mario Vargas Llosa - Premio Nobel de Literatura




Mario Vargas Llosa - Premio Nobel de Literatura 2010

-Su nueva novela, “El sueño del celta”, que aparece el 3 de noviembre (se podría adelantar su publicación), abre con esta cita de José Enrique Rodó: “Un hombre es muchos hombres”.

-Nada encarna mejor al ser humano que esa cita. Me identifico plenamente. Somos muchos y la literatura existe para que podamos ser otros, vivir otras vidas. No somos los mismos en la intimidad, en público, en el amor...

-Basa la novela en la vida de Roger Casement, el irlandés que denunció el horror del Congo...

-Por ejemplo, el uso del chicote, arma para golpear que por primera vez se usa en el Congo. Ya existían los látigos pero el chicote se hacía con la piel del hipopótamo, que desgarra mejor.

-¿Cómo le descubrió?

-Leyendo una biografía de Joseph Conrad, que lo conoció y le abrió los ojos sobre las atrocidades belgas en el Congo. Luego descubrí que había estado en el Perú, denunciando los abusos contra los indios. He usado sus cartas, sus diarios, he viajado, he visto a su familia... Es uno de los primeros europeos que desmonta la visión mítica de que el colonialismo lleva el progreso al mundo bárbaro, cosa que también creían Karl Marx y los progresistas, no solamente los capitalistas. Casement descubre que la verdadera barbarie es el colonialismo, por la impunidad con que opera y sus denuncias son de las primeras que hay.

-Es un libro con intensas escenas homosexuales, ¿no?

-Su vida sexual es condenada por la moral de la época. A Casement no le han reconocido nada, es un personaje trágico, para algunos un traidor, para otros un degenerado. Yo lo reivindico como pionero de los derechos humanos. No vivió una duplicidad sino varias. Creo que las hazañas sexuales que cuenta en los diarios no las vivió realmente, que fantaseó bastante. Pero eso le provocaba una tensión terrible, ser homosexual te llevaba entonces a la cárcel, eran años de moral victoriana, y él tenía un cargo público que utilizaba para denunciar el sistema. Su drama es la soledad.

-¿Ha sido un reto describir esas escenas de sexo?

-Casement era una persona educada y respetuosa de las formas, fina, pero a la hora de escribir volcaba en sus textos una enorme suciedad, son diarios pestilentes, no hubiera sido posible reproducirlos.

-¿Y ese descenso al horror le ha afectado?

-He vivido momentos terribles, como mi viaje al Congo. Descubrí que ese país vive hoy el horror del mismo modo que en aquella época. Las violaciones se siguen produciendo masivamente en los últimos meses, a manos de bandas que se apoderan de pueblos y compiten en violar a mujeres, es monstruoso, simboliza el horror del que nunca salió el Congo. Es uno de los países más desgraciados de la Tierra. La vida es ahí precaria y bárbara, pero todo eso viene de la colonización.

-¿Quién iba a decir que le fascinaría un héroe nacionalista?

-Sigo siendo antinacionalista. Pero sí creo que, en una fase de su trayectoria, el nacionalismo tiene una cierta justificación, cuando se trata de defender la supervivencia de una comunidad a la que el colonialismo está deshaciendo y destruyendo. Ahí adquiere una valencia justiciera, tiene que ver con la libertad.

-Otro tema que trata es la manipulación de la historia...

-Cómo se escribe la historia, que es una bola de nieve que se parece mucho a la ficción, cuando no debería. Mire, yo he sido político y sé que necesitaba conquistar cada vez más votantes, seducir y realmente resulta muy difícil para un político no mentir, porque hay elementos de la verdad que generan rechazo. Cuando fui político, me propuse no mentir. Y lo cumplí, lo que hacía, en determinados casos, era callar la verdad, pero no mentir.

-¿Ha sentido alguna vez el bloqueo creativo?

-Jamás, trabajo mucho y cuando no trabajo siento un vacío, un gran trastorno, una especie de descomposición, de desorganización de la vida. Lo que me da equilibrio es mantener la rutina de trabajo. Nunca dejo de trabajar, ni siquiera en vacaciones. Discrepo con el cristianismo: el trabajo no es una maldición. Voy a escribir hasta el fin de mis días.


Fragmento de entrevista publicada en el Diaro La Nación