TRASLUZ
Que se me permita mirar por la ventana
Sólo el espinazo de la muerte
A tranco largo
Mirando fijamente
A mis ojos deslucidos
Veo la ausencia
Doblando por la esquina
La miserable luz
De los días empañados.
Muy de tarde en tarde
Algún aprendiz de hombre
Vestido de domingo.
En estas agonías neblinosas
Estoy mirando desde una ventana ajena
Tras la luz de este rincón desconocido
Desde esta ventana hacia ningún paisaje
Hueco sin distancias
Seca pupila donde no resplandece
ni el más leve trino.
PROFECÍA
Las grandes ausencias amenazan
Cuando los sirlos
Esos bellos pájaros
Emigran
Y la lejanía hiere sus alas
El hombre no lo sabe
Porque duerme
Oculto por causa de la luz
Para no prever la muerte.
Entrega el dominio de sus sueños
Y emancipa el caos
Y pierde el poder
sobre su propio río
que lo recorre en longitud.
Los abismos se acercan
Y las múltiples aguas
Devienen creaturas de espanto.
Uncido al gran anillo
Olvidará su trayectoria astral
su fecundidad perecedera.
Ocurrió
Que cerró las pupilas ante la luz
Y no estuvo más allá de las cosas presentes
Ni creó una analogía superior
a la distancia entre los astros
Ni escuchó el soberano mandamiento
De crear al hombre verdadero.
Olvidado en el tiempo
Aún persistirá en creer
que fue un símil de su conciencia.
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Nacida en La Serena en 1926, Stella Díaz Varín fue una mujer aguerrida y polémica. En su juventud publicó sus primeros poemas y colaboró con algunos diarios regionales. El 1 de mayo de 1947 llegó a Santiago para estudiar medicina, carrera que no concluyó. En 1949 publicó su primera obra, Razón de mi ser. En 1986 recibió el premio Pedro de Oña por su libro Razones previsibles.
Su última publicación, Stella extragaláctica, recibió el Fondo del Libro en su versión 2006, poco antes de morir.
Stella Díaz Varín – Presentación: http://www.memoriachilena.cl/temas/index.asp?id_ut=stelladiazvarin(1926-)
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