Pintora: Luisa García-Hernández |
El Sumie se originó en China el siglo V. Los
artistas de la época hacían sus bosquejos con tinta china y poco a poco fueron
desarrollando el arte de aclarar la tinta con agua, crómicos para obtener
sombras y el sentido de las distancias. Esta fórmula se ha conservado
hasta el día de hoy con el nombre de Sumie. A través de los siglos, la
gente sigue obsesionada por la belleza que crea esta pintura. El arte del Sumie
consiste fundamentalmente en combinar la mayor variación posible de tonos a
partir de una tinta monocroma. A pesar de que se pueden utilizar otros
colores, estos son solamente un suplemento del color negro original. Los antiguos
maestros aconsejaban a sus discípulos, "pintar con tinta negra de forma
que la obra final de la impresión de color". El aclarado progresivo
del color negro, produce el efecto de vitalidad presente en este arte tan
singular.
A
mediados del siglo XIII llegaron a Japón los monjes de la secta
"Zen", quienes desembarcaron en esta tierra como misioneros con el objeto
de predicar y extender su religión. Esta secta es ampliamente conocida
por la práctica de la meditación en forma muy particular, su teoría
coincide con el tema principal del Sumie, la interpretación de la naturaleza,
así pues, no es de extrañar que los monjes fueran los primeros en practicar el
arte de la pintura en blanco y negro como medio para expresar sus iluminaciones
espirituales.
Hoy
existe una gran colección de pinturas que hemos heredado de nuestros
antepasados, obras que han sido realizadas en gran variedad de objetos de
adornos, tales como "kakemono" (colgaduras), biombos, abanicos,
puertas correderas de papel (muy típicas de las casa japonesas); y otras
realizadas en tela, tal es el caso de los bellísimos kimonos japoneses.
Pinturas de Luisa García |
En
el siglo XV el Sumie se encuentra en la cima de su evolución, y son famosas las
escuelas de Kano, y los pintores Sotatsu y Sesshu, cuyas obras representan el
Siglo de Oro de la pintura japonesa, sus obras se conservan, en gran parte, en
los museos nacionales y templos budistas del país. En esta época, ya no
se conforman con reproducir simplemente un objeto o paisaje, sino que se
dedican a representar un mundo sublime, idealizando la suavidad, ternura y
sensibilidad del japonés. Tal fue la perfección que alcanzaron que se
dice que los ratones se comieron los alimentos pintados en una puerta corredora
creyendo que eran reales.
Actualmente,
el Sumie es una de las artes más refinadas y populares del Japón, practicada no
solamente por artistas, sino por políticos, banqueros, amas de casa, etc., o
sea, por todo aquel que busque la belleza a través de la tinta monocroma.
Si a Ud. le atrae el Sumie, está invitado a participar en la práctica de un
arte que no tiene barreras ni fronteras, en donde puede mezclar lo moderno y lo
tradicional, y estamos seguros de que disfrutará de momentos de gran paz
espiritual.
El texto ha sido copiado de: http://cablemodem.fibertel.com.ar/japon-a-la-carta/sumie-historia.html
Las pinturas son originales de Luisa García Hernández
No hay comentarios:
Publicar un comentario