miércoles, 5 de enero de 2011

Dostoievski y su doble



Fiódor Dostoiesvski


Publicaciones Retorno al autor ruso:

Es uno de los grandes escritores del siglo XIX y, para algunos, de la literatura de todos los tiempos, con obras como "Crimen y castigo" o "Los hermanos Karamazov". El volumen inicial del proyecto de sus obras completas en castellano y el tomo final de la mayor biografía sobre el novelista ruso, junto a una edición de sus cuentos, son algunas muestras de la renovada atención por Dostoievski.

por Patricio Tapia

En 1846, el mismo año en que aparece su primer libro, la novela "Pobres gentes", el joven ingeniero militar que se perfila como una estrella literaria en ascenso, Fiódor M. Dostoievski, publica una nouvelle , "El doble", en la que el protagonista -un funcionario llamado Goliadkin- conoce a un hombre idéntico a él que comienza a generarle problemas de toda índole y, poco a poco, a usurpar su vida. La idea del "doble" será recurrente en su obra posterior (está, por ejemplo, en el asesino Raskólnikov, de "Crimen y castigo", quien no sabe si considerarse un Napoleón o un piojo; también en Iván Karamazov, quien habla con más de un "otro yo", entre ellos, el diablo).

Esa capacidad de desdoblamiento, de adoptar distintos puntos de vista, incluso contradictorios, entre personajes o en un mismo personaje, es una característica de Dostoievski, que uno de sus críticos más perspicaces, Mijaíl Bajtín, llamó "polifonía": diversas voces y perspectivas que se entrelazan y a veces chocan. Pero esta dualidad no es la única en relación a Dostoievski. Está la existente entre su vida y su obra, íntimamente ligadas. Y a ésta hay que agregar la dualidad entre su verdadera vida y la imagen que de ella se han formado por afirmaciones, exageraciones o ataques surgidos del propio escritor, sus contemporáneos o sus críticos. Por último, hacia el final de su vida, se presenta la dualidad entre sus escritos políticos y periodísticos del día a día y sus ambiciosas novelas que buscan aprehender grandes verdades.

Vidas y obras

Para desentrañar todas estas cuestiones, probablemente nadie ha hecho más que Joseph Frank (1918), profesor emérito en Princeton y Stanford, con su proyecto Dostoievski, una de las grandes, y no sólo por su tamaño, biografías del siglo XX. El Dostoievski de Joseph Frank, cuyos primeros cuatro volúmenes -invariablemente saludados como magistrales, conformando una empresa monumental- aparecieron entre 1976 y 1995. El volumen final (y más extenso) apareció en 2002, y ahora en castellano. La característica principal de Frank es que traza la evolución del hombre, del artista y de su época. Mezcla de biografía, crítica literaria e historia cultural, intenta comprender las obras del ruso sin trivializarlas, con un interés que va de la obra a la vida y no al revés, poniendo sus libros en contexto, al interior de los debates filosóficos, artísticos, políticos y religiosos de su época. Los tomos de Frank son tan ricos en anécdotas personales y en detalles de historia social, que bien pueden servir como una introducción a la historia intelectual de la Rusia del siglo XIX.

En la vida de Dostoievski hay hechos conocidos que reaparecen en su obra: su madre murió de tuberculosis en 1837 y un año después su padre, aparentemente a manos de sus propios siervos. De joven se involucró con revolucionarios y socialistas utópicos (los "petrachevistas"), lo que lo llevó a ser detenido y encarcelado en la prisión más siniestra del imperio, donde empeora su salud y aumentan sus ataques de epilepsia. Luego es condenado a muerte a los 28 años y debe enfrentar un simulacro de ejecución (aparentemente una broma del zar) en 1849. Se le conmuta la pena por 4 años de trabajos forzados -que pasó en Siberia, día y noche con grilletes, haciendo los trabajos más duros y repugnantes- y más tarde el servicio como soldado raso por 6 años, cerca de la frontera con China, donde se casaría con su primer gran amor, tan ardiente como desdichado, el primero de una serie de relaciones tormentosas, que culminarían con Anna Grigórievna, a la que conocería como taquígrafa (le dictó en un mes "El jugador") y que se convertiría en su esposa en 1867. Editaría revistas, se endeudaría, se entregaría al juego, recorrería Europa, y escribiría sus libros, siempre acuciado por la necesidad de dinero y contra los plazos, a veces imposibles, de entrega.

Mucho de su biografía se transmuta en narraciones: el recuento de la prisión en "Apuntes de la Casa Muerta", la evocación de los minutos previos a morir en "El idiota"... Dostoievski fue hijo de un matrimonio infeliz, cuya impronta recrea en "Nétochka Nezvánova" o en "Humillados y ofendidos", y su amor por el campesino ruso se remonta a su infancia (su padre tuvo una propiedad en el campo): el recuerdo de un siervo que lo calmó en un momento de inquietud, de niño, inspira su relato tardío "El mujik Maréi".

Esta amalgama entre vida y obra, sin embargo -junto a los dichos del propio Dostoievski, los de sus amigos y enemigos-, ha llevado a dar toques espeluznantes a la vida del escritor ruso, con su mundo subterráneo de humillaciones, afrentas, de culpa y asesinatos, con su mezcla de lo sublime y lo vil (en las novelas, de manera típica, las conversaciones más emocionantes suelen tener lugar en los lugares más sórdidos, donde "crujen las cucarachas"). Pero los tomos de la biografía de Dostoievski de Frank le quitan énfasis a la imagen melodramática del escritor: el gran sufriente, pecador, ludópata, sádico, masoquista, fanático religioso y pedigüeño, el rival bilioso que cae al suelo entre convulsiones epilépticas. La imagen que da Frank es la de un sujeto más bien amable, devoto, vulnerable, marido cariñoso y padre tan lleno de dulzura como de sufrimiento (dos de sus hijos murieron pequeños), amigo leal y editor paciente, que trabaja, ciertamente, en las condiciones menos deseables, con dolencias físicas, morales y financieras.

Evolución

El proyecto de Frank disponible hasta ahora en castellano recorría los sorprendentes cambios de fortuna de Dostoievski y su evolución tan contradictoria como sincera: desde la burla a los eslavófilos y la admiración a los socialistas utópicos hasta la defensa del nacionalismo eslavo. Partía con "las semillas de la rebelión", en su primer volumen, con el joven Dostoievski, el de "Noches blancas" y "Pobres gentes", participando de unas ideas cristianas cercanas al socialismo y un sentimiento de piedad hacia los humillados, buscando entrar en la sensibilidad de los humildes, denunciando la opresión burocrática. (Las obras que escribe entonces están en el primer volumen de otro gran proyecto, la edición castellana de las "obras completas" del ruso). Y llega hasta los "años milagrosos", cuando, entre 1865 y 1871, escribe tres grandes novelas: "Crimen y castigo", "El idiota" y "Los demonios" y dos importantes nouvelles , "El jugador" y "El eterno marido".

Si el individuo que surge de los volúmenes previos de Frank es notoriamente menos explosivo e incontrolable que lo que suele señalarse, el último tomo de su biografía, "El manto del profeta", que cubre la última década de la vida de Dostoievski, contrapesa esa imagen, en la que tal vez cargó demasiado las tintas positivas, mostrando su irritabilidad y su carácter imprevisible, su capacidad para la sátira, la crueldad y el odio.

El profeta

El libro comienza cuando Dostoievski regresa a Rusia tras una ausencia de 4 años en Europa, viaje motivado en parte buscando tratamiento para su epilepsia y en parte escapando de sus acreedores (lo que vio de Europa no le gustó: la sociedad occidental le parece demasiado individualista y racionalista). Es un período relativamente feliz para el escritor: su joven y práctica esposa se encarga de aplacar a sus acreedores, es presentado al zar Alejandro II, edita una revista, escribe una columna que luego se convertirá en "El diario de un escritor" y completa la que muchos, entre ellos Frank, consideran su obra maestra, "Los hermanos Karamazov". Esos son los dos grandes proyectos finales de Dostoievski, y Frank los pone en el centro de su libro.

En "El diario de un escritor" (ver detalles en E 4), Frank debe reconocer los exabruptos xenófobos de Dostoievski. Al escribir su diario, va aumentando su nacionalismo mesiánico: apoya la guerra contra Turquía, en lo que no vio una aventura imperialista sino una liberación eslava; se muestra crecientemente antieuropeo, anticatólico y antisemita.

Aún mejor es su tratamiento de "Los hermanos Karamazov", citando cartas y notas para aclarar las intenciones del autor y cómo ese libro refleja muchas de sus preocupaciones mayores: el conflicto entre razón y fe, la debilidad familiar. El libro es un estudio sobre los conflictos y afinidades de una familia inestable y apasionada, una aproximación a la rebelión contra el padre y contra Dios. En la novela, el patriarca es asesinado y sus hijos alguna vez quisieron asesinarlo. El capítulo más famoso, y que a veces se publica por separado, es la "leyenda del Gran Inquisidor", que uno de los hermanos, el ateo Iván (pero un ateo que está muy cerca de la fe), cuenta a otro, el muy creyente Aliosha.

Ambas obras, "El diario de un escritor" y "Los hermanos Karamazov", confirmaron en lo que ya antes Dostoievski se había empezado a transformar: una figura nacional, un líder espiritual y un consejero moral. En 1880 es invitado a participar en la inauguración del monumento a Pushkin en Moscú: acto de gran importancia social, en que Dostoievski ofrece un discurso deslumbrante, seguido por aplausos y vítores de media hora (y donde se eleva sobre su eterno rival Turgénev). Casi un mes después de publicado como libro "Los hermanos Karamazov", Dostoievski muere pacíficamente, en el sueño. Su funeral fue multitudinario (30.000 personas), con honras sin precedente.

Las novelas y relatos de Dostoievski, muchas veces como alucinaciones o fantasmagorías, son representaciones de las luchas al interior del ser humano. Él fue capaz de escenificar las ideas de su tiempo (el romanticismo social en la década de 1840; el nihilismo, en la de 1860; el populismo, en la de 1870), ideas que parecen lacerar a sus grandes personajes con su visión de la familia como un campo de batalla, con su creencia en el poder santificador del sufrimiento y con su hambre, nunca saciada, de lo absoluto.

Mucho de la biografía de Dostoievski, se transmuta en sus narraciones y novelas: el recuento de la prisión en "Apuntes de la Casa Muerta", la evocación de los minutos previos a morir en "El idiota"...

Las novelas y relatos de Dostoievski, muchas veces como alucinaciones o fantasmagorías, son representaciones de las luchas al interior del ser humano.

Libros comentados

Dostoievski. El manto del profeta

Joseph Frank

Traducción de Juan José Utrilla, Editorial FCE, México, 2010, 965 páginas.

Obras completas I

F. M. Dostoyevski

Edición de Ricardo San Vicente, Editorial Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, Barcelona, 2009, 1.196 páginas.

Cuentos completos

F. M. Dostoievski

Traducción y edición de Bela Martinova, Editorial FCE / Siruela, México, 2010, 519 páginas.

Obras completas y cuentos completos

Está disponible el tomo I de unas "Obras completas" (proyectadas en 8), de Dostoievski, editadas por Ricardo San Vicente. Este tomo contempla una introducción de Augusto Vidal y 13 obras escritas antes de su detención y condena, desde "Pobres gentes" y "El doble" (1846) hasta "Nétochka Nezvánova" (1849), su primera novela sobre niños. Más "El pequeño héroe", escrito ya en la cárcel. A cargo de Bela Martinova hay una edición de "Cuentos completos": coincide con muchos títulos anteriores, pero no es clara su postura ante el problema entomológico de distinguir entre cuentos y nouvelles (y por qué incluye "Noches blancas" y no "El doble"). Avanza en relatos posteriores, destacando trazos humorísticos y satíricos, o de crítica social: "El cocodrilo" (1865), adelanto kafkiano en que parodia las ideas liberales o el humor sádico en "Un episodio vergonzoso" (1862). Y los relatos incluidos en "Diario de un escritor": como "Bobok" (1873), "La sumisa" (1876) o "El sueño de un hombre ridículo" (1877).


 
Fuente: El Mercurio

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Luisa, nuevamente gracias por instruirnos a través de tus investigaciones literarias. No sé cómo lo haces Lu multifacética.
Beatriz

Luisa García dijo...

Querida Beatriz... le quito horas a lo doméstico, al sueño, a veces al descanso, pero leer e investigar también me parece un descanso y un alejamiento de la rutina del laburo.