martes, 15 de septiembre de 2009

EDUARDO DÍAZ - In memoriam


CRISÁLIDAS

Paso las últimas tardes con un suspiro
sobre tu boca que es un fantasma evasivo.
Silencioso universo que puebla mi memoria
persiguiéndome de recuerdo en recuerdos,
esperando encontrarte para unir nuestros cuerpos.

¡El adelante es una eternidad!

Como lo es, el escalamiento de Sísifo, absurdo empeño
de tenacidad y fracasos en el condenado
intento por volver de nuevo a lo ya ido.

No se dónde mirar en ese laberinto que muestra
sombras cuando observo una red interminable
y no acudes ese instante de mi locura
que carcela entre mis dedos tus cabellos.

Se van gastando las horas en esos invisibles
destellos del tiempo que fue flores,
labios solícitos, perfume untuoso
derramado en el cuerpo
y un rumor de sedas
despliega la bruma de la semioscuridad.

Mas, no hay fuego que derrita ese hielo,
muro gélido que hace trizas
las calendas de lo que fuimos.

De sus cenizas en pasado no vuelve,
tendremos que abrir nuevos capullos
a las mariposas que, aunque no sea
de efectos semejantes
vuelva al menos tejer de colores
la próxima mañana.



VIAJEROS

Asidos en el último momento a esa nube de polen
cargada de sueños con estrellas aterciopeladas
doradas de azafrán, va este amor nuestro,
frágil de cuerpo, fuerte el metal sólido del espíritu,
que una estampida de flores marcó de perfumes
plenos de vuelos que no cejan de seguir las
bandadas de peregrinas aves incansables
por devorar las distancias que no terminan nunca.

Siempre, estamos saliendo a encontrarnos.



SED Y HUMO
El humo de tu humo humedece las calles
de mi viejo soco poblado de tiendas,
por las astillas de tus cristales
abren sus alas de colores pañuelos de seda
de Igur, el damasco de tu piel
recoge en sus laberintos mis sueños.
Una urdimbre de movimientos abre
los ojos de piedra de un lagarto seco
que esperó toda la vida una gota de agua
hasta que tus manantiales vaciaron su vino.
Sigue, sigue, mi beduina, que respiro en tu tos
el tabaco de soledad y miel
aspirando peligrosamente el centelleo
agotado de mis pulmones.
Eres un trago interminable mi blanca serpiente amada,
mi diosa kunza, mi atacameña sin ser de Atacama,
bebo y bebo en tu kero hundiéndome en las dunas.
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Eduardo Díaz E. (Antofagasta, 15 de septiembre de 1937 - 23 de enero de 2009)
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Es el primer cumpleaños, en ausencia, del poeta, amigo y maestro Eduardo Díaz Espinoza.

Uno cree saber cual es el camino proyectado para si, quizás Eduardo tuvo esa certeza: luchar por sus ideales hasta el borde mismo del abismo, sembrar de poesía los difíciles caminos del hombre, abrir la literatura poética para las nuevas generaciones, como el medio ideal de comunicación de lo que somos, de lo que creemos, de lo que anhelamos y hasta de lo que lloramos.

Hoy muchos lamentamos su ausencia, esa que se escribe cada mañana en que silencian las comunicaciones a que nos tenía acostumbrados. Se que sus discípulos y amigos del Círculo de Artes Manuel Durán Díaz de Antofagasta sienten también la carencia de esas pláticas muy de madrugada, como lo han manifestado en estas horas. Otros extrañamos además, la falta de ese guía, de ese referente, de ese crítico que nos alentó a seguir trabajando nuestros textos, a usar la palabra precisa en pro de un buen poema o de una interesante prosa.

Ya no están en nuestras cajas de correos su dádiva generosa, su regalo, ese saludo cotidiano transformado en poemas, mas, nos queda su legado, su voz en más de alguna cinta, sus manuscritos, su forma de ver la vida, a veces triste, otras, con esa picardía que le era tan propia.

De alguna forma, sin estar físicamente, sigue constituyendo ese pilar fundamental para quienes fuimos sus amigos. Eduardo Díaz, hombre de convicciones, abrió caminos, sembró amistades duraderas en distintas latitudes y ganó un lugar importante en nuestros corazones, se fue sabiéndolo, partió teniendo la certeza de su impronta, de su sello dejado como un regalo en cada uno de quienes tuvimos el honor de su amistad.

En tu cumpleaños poeta, nuestro recuerdo imperecedero.



3 comentarios:

Claudia Curimil Hernández dijo...

Hola, Lu...
naduve desaparecida por problemas de salud, pero estamos de vuelta... te mandaré un mail
te dejo mis saludos, y me alegra que haya movimiento en tu casa
un abrazo

Luisa García dijo...

Clau, muy grato saber de tu visita a este lugar. Me comunico por correo en breve. Un abrazo.

Anónimo dijo...

los poetas lanzan su versos al viento, algunos como el poeta Díaz ya no están, pero queda su estela de versos