lunes, 23 de mayo de 2011

Hoy

Poema titulado HOY pero que quizás debió llamarse MIEDOS
(sobre títulos no hay nada escrito)



Hoy tengo ese gesto melancólico

de los que miran el pasado



como los árboles

visto de otoño

y tiemblan mis hojas

enarboladas de incertidumbre



recelo de las noches prohibidas

del silencio que no busco de mis

fantasmas que caminan dispersos

fustigando mi fantasía



miedo



de ese tiempo pretérito, del futuro incierto

de los posibles naufragios, de esos soles añejos

que huelen a pan de ayer

y se transforman en hambre de hoy.



Luisa García H.



Creado un 29 de octubre de 2006

Reciclado y corregido ayer 22 de mayo de 2011

domingo, 8 de mayo de 2011

De olvido y tiempo


(Cabeza de vieja campesina con capa negra.
Nuenen, marzo de 1885.
Oleo sobre lienzo.  Rijkmuseum Kröller-Müller, Otterlo)


De olvido y tiempo


Voy solitaria, más que nunca
por una calle olvidada mirando las vidrieras y en ellas
retratados mis años que alguna vez 
(hace siglos)
fueron mozos

el abrigo raido y gris
 luctuoso como las canas
que intento esconder a costa de tintura

me pesa

quizás con el tiempo
se alargó 
o  yo me empequeñecí
de decepciones y muertes varias

desconozco esta cara de papel amarillo

llena de nostalgias por los que no están
por los que me han olvidado
por lo que fui

los saludables maniquíes me miran indiferentes
tan lozanos
tan fríos 
en su desalmada esbeltez.


Luisa García  H.



viernes, 6 de mayo de 2011

Materia de Testamento

Me pregunto si don Gonzalo Rojas  (Q.E.P.D.) varió o aumentó su testamento antes de morir, aqui queda este poema publicado en 1988 en el libro del mismo nombre.

Materia de testamento


A mi padre, como corresponde, de Coquimbo a Lebu, todo el mar,

a mi madre la rotación de la Tierra,

al asma de Abraham Pizarro aunque no se me entienda un tren de humo,

a don Héctor el apellido May que le robaron,

a Débora su mujer el tercero día de las rosas,

a mis 5 hermanas la resurrección de las estrellas,

a Vallejo que no llega, la mesa puesta con un solo servicio,

a mi hermano Jacinto, el mejor de los conciertos,

al Torreón del Renegado donde no estoy nunca, Dios,

a mi infancia, ese potro colorado,

a la adolescencia, el abismo,

a Juan Rojas, un pez pescado en el remolino con su paciencia de santo,

a las mariposas los alerzales del sur,

a Hilda, l'amour fou, y ella está ahí durmiendo,

a Rodrigo Tomás mi primogénito el número áureo del coraje y el alumbramiento,

a Concepción un espejo roto,

a Gonzalo hijo el salto alto de la Poesía por encima de mi cabeza,

a Catalina y Valentina las bodas con hermosura y espero que me inviten,

a Valparaíso esa lágrima,

a mi Alonso de 12 años el nuevo automóvil siglo XXI listo para el vuelo,

a Santiago de Chile con sus 5 millones la mitología que le falta,

al año 73 la mierda,

al que calla y por lo visto otorga el Premio Nacional,

al exilio un par de zapatos sucios y un traje baleado,

a la nieve manchada con nuestra sangre otro Nüremberg,

a los desaparecidos la grandeza de haber sido hombres en el suplicio y haber muerto cantando,

al Lago Choshuenco la copa púrpura de sus aguas,

a las 300 a la vez, el riesgo,

a las adivinas, su esbeltez

a la calle 42 de New York City el paraíso,

a Wall Street un dólar cincuenta,

a la torrencialidad de estos días, nada,

a los vecinos con ese perro que no me deja dormir, ninguna cosa,

a los 200 mineros de El Orito a quienes enseñé a leer en el silabario de Heráclito, el encantamiento,

a Apollinaire la llave del infinito que le dejó Huidobro,

al surrealismo, él mismo,

a Buñuel el papel de rey que se sabía de memoria,

a la enumeración caótica el hastío,

a la Muerte un crucifijo grande de latón.



Gonzalo Rojas
Diciembre 20 de 1917 - Abril 25 de 2011